El proyecto incorpora un sistema de depuración natural del río Segura
MURCIA, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -
El arquitecto Marcos Belmar diseñó, para su proyecto fin de carrera, un parque que pretende aunar la espiritualidad y el respeto por el medio ambiente para convertir la sostenibilidad en la nueva religión del siglo XXI, y que estaría emplazado en la mota del río Segura, al comienzo del paseo del Malecón, en la intersección con la autovía A-7.
Este proyecto fin de carrera, por el que este murciano ha obtenido su licenciatura en arquitectura, está emplazado, concretamente, en el lugar que ocupa un aparcamiento disuasorio junto al Malecón, donde estaría parte del gran parque proyectado por el arquitecto japonés Toyo Ito, actualmente replanteado por motivos económicos.
De llevarse a efecto su construcción, el parque estaría emplazado sobre el nivel del aparcamiento que actualmente ocupa el lugar, y sería accesible a través de unas rampas y escaleras desde el paseo del Malecón, según informó Belmar a Europa Press.
El jardín, elaborado con materiales reciclados, estaría surcado por pasarelas cubiertas por un gran toldo tensado para proteger a los viandantes del "intenso sol murciano". Parte de esta cubierta estaría formada por paneles fotovoltaicos que abastecerían de energía al conjunto.
Así pues, el parque se convertiría en un lugar de la ciudad donde la sostenibilidad pasaría a ser una nueva religión global cuyos principios son comunes a todas las personas y que consiste, según el arquitecto, en "aunar unos valores éticos universales para todos, basados en el cuidado del medio ambiente, en constante deterioro".
Belmar apuntó que el objetivo del proyecto es que los individuos interactúen entre sí, independientemente de la religión que profesen, con el respeto hacia el medio ambiente como "telón de fondo". Para conseguir estos valores ecológicos y elaborar el proyecto, el arquitecto partió de tres puntos de vista: el colectivo, el individual y el ecológico como tres maneras de entender la espiritualidad.
Desde el punto de vista colectivo, este proyecto busca "favorecer el sentimiento de comunidad social y, para ello, son los propios usuarios los que amplían el parque mediante talleres de reciclaje activo, donde ellos mismos reciclan objetos recogidos por la ciudad, como muebles viejos, por ejemplo, para transformarlos en obras de arte con el objeto de concienciar a la sociedad o en nuevos elementos para el propio jardín, como actualmente llevan a cabo los colectivos 'MAKEA' y 'Basurama'.
El arquitecto pretende "promover unos valores ecológicos a modo de peregrinaje, de forma que el usuario, a medida que se adentra en el parque, se encuentra con talleres, salas de exposiciones o locales multifuncionales".
Precisamente, en estos locales se desarrollarían actividades tanto para usos rituales de las distintas confesiones que se practican en la ciudad de Murcia como para reunión de colectivos ecologistas, clases, conferencias o seminarios para concienciar sobre el cuidado del medio ambiente.
Así, un único espacio podría albergar en un mismo día tanto un culto evangélico como una reunión de Ecologistas en Acción, "promoviendo la idea de diálogo entre colectivos", sostuvo el arquitecto.
CALENDARIO ECOLÓGICO-ESPIRITUAL
Buscando otra forma de unificar a distintos colectivos, Belmar elaboró un calendario "ecológico-espiritual a partir de las festividades de las distintas confesiones y las propias del medio ambiente".
Así, junto a días como la navidad o el año nuevo Baha'i, aparecen fiestas como el Día del Agua o el Día Mundial de la Eficiencia Energética, que "no son más que un pretexto para la concienciación ciudadana sobre temas medioambientales y para la unión de toda la sociedad en unas mismas actividades", determinó.
Desde una perspectiva individual, el parque dispondrá de centros de meditación independientes donde el usuario puede permanecer aislado unas horas, días o semanas en estado de reflexión.
Además, el proyecto prevé un sistema de depuración natural utilizando plantas macrofitas, que limpiaría tanto las aguas del río Segura como las residuales propias del parque.
Para ello, el parking disuasorio existente en la actualidad en el solar cambiaría su configuración para convertirse en uno sostenible y depurador, donde el movimiento de los coches "accionaría unas norias que permitirían el paso del agua de unos tanques a otros dentro del tratamiento de depuración", apuntó.
Desde un punto de vista ecológico, una zona del proyecto está destinada a un parque científico con biblioteca sobre ecología, laboratorios para la investigación del cambio climático y cómo combatirlo y un gran auditorio para la realización de congresos científicos internacionales.
Las conclusiones y resultado de los informes medioambientales elaborados en estos congresos "se darían a conocer en una nueva plaza pública para la concienciación ciudadana", según Belmar, quien añadió que el auditorio serviría, además, para impartir conferencias de todo tipo, con la ecología como punto en común.
Para elaborar su proyecto, el arquitecto encontró el respaldo de expertos de las distintas religiones que se practican en la ciudad de Murcia, concretamente de las comunidades islámica, católica, evangélica, budista y baha'i, que le ayudaron a fijar un concepto arquitectónico de la relación de cada una con el medio ambiente.
Las sedes de las distintas agrupaciones consultadas, como el Centro Loyola o el Centro Baha'i, están acogiendo una exposición itinerante con los dibujos y maquetas del proyecto, que además representa un símbolo real de la unión de diversas creencias religiosas bajo un mismo lema: la protección del medio ambiente.
Actualmente, la muestra se encuentra en la sede de Ecologistas en Acción, en el edificio de los nueve pisos, donde el proyecto estará expuesto al público hasta el próximo cinco de octubre, cuando será trasladado al Centro Loyola en Santo Domingo.