11M.- Aglif estuvo con "El Chino" y Trashorras reunido en un McDonald's, pero desconoce si se habló de explosivos

Actualizado: miércoles, 21 febrero 2007 12:21

Niega ser el hombre de confianza de Ahmidan, quien se volvió "extremadamente religioso" tras volver de la cárcel de Marruecos

MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

Rachid Aglif, alias "El Conejo", presunto integrante de la célula terrorista del 11-M y hombre de confianza de Jamal Ahmidan, "El Chino" --uno de los siete terroristas que se suicidaron en Leganés (Madrid) el 3 de abril de 2004-- admitió hoy ante la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional, haber asistido a finales de octubre de 2003 a una reunión que se celebró en un restaurante McDonald's de Carabanchel a la que acudieron "dos asturianos, un chico y una chica", donde se habló de la venta de hachís, pero no de explosivos.

Aglif estuvo implicado, según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, en las operaciones de compra-venta de los explosivos utilizados en los atentados. Se le sitúa en la primera reunión que mantuvieron "El Chino", el ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras, su ex mujer Carmen Toro y el acusado por colaboración Rafá Zouhier, en un McDonald's para cerrar los detalles del intercambio de la dinamita.

Se le atribuyen además numerosos contactos telefónicos con Jamal Ahmidan, alias "El Chino"--que se suicidó en la casa de Leganés-- con el que incluso llegó a intercambiar las terminales, y era conocedor de toda la actividad desarrollada por el mismo. Se le acusa de los delitos de pertenencia a organización terrorista y de suministro de sustancias explosivas por los que la Fiscalía pide para él un total de 21 años prisión.

La declaración de Aglif abrió hoy la quinta sesión del juicio por la masacre que se celebra en el pabellón de la Audiencia Nacional de la Casa de Campo, en Madrid. Por primera vez desde que comenzó la vista oral intervino el fiscal Carlos Bautista, en sustitución de su compañera, Olga Sánchez.

REUNIÓN EN MCDONALD'S.

Sobre la citada reunión en la hamburguesería, Aglif señaló que en ella estaban, además de Zouhier, "El Chino" y dos asturianos, otra persona que podría ser Rachid Oulad --otro de los suicidas--, al que reconoció posteriormente tras ver las fotos de los periódicos tras los sucesos de Leganés. En este punto, negó haber sido intermediario en la compra de explosivos, y añadió que le gustaría saber quien ha dicho eso, porque considera que está sentado en el banquillo porque se han dicho de él "muchas barbaridades".

"Yo subí más tarde con la bandeja porque tomo hamburguesas de pescado, que tardan más en hacerse que las de carne -explicó ante el tribunal-. Ellos estaban hablando de sus cosas y yo no me meto en sus cosas, hablaban de que iban a venderles a los asturianos entre 15 y 20 gramos de hachís".

RELACIÓN CON "EL CHINO".

Sobre su relación con "El Chino", se refirió a él como un buen cliente de la carnicería de sus padres, en la que trabajaba, si bien negó que ambos "trapichearan" juntos con droga. No obstante, reconoció que notó a Ahmidan muy cambiado a su regreso de Marruecos, donde estuvo en prisión, en el verano de 2003. "Estaba más serio, antes se pegaba fiestas con todo el mundo". "¿Era extremadamente religioso? ", le preguntó el fiscal, a lo que Aglif contestó con un escueto "sí".

"He oído en el auto de procesamiento que soy la persona de confianza de Jamal Ahmidan, pero eso lo dicen ustedes, yo no lo soy --agregó el procesado--. Era un amigo como cualquiera, tengo muchos amigos, como Rafa Zouhier (procesado por colaboración), como cualquiera". Sobre sus múltiples llamadas a "El Chino", Aglif reconoció que ambos compartían terminal telefónico porque era muy buen cliente y un amigo.

EL "PETARDO" DE ZOUHIER.

A lo largo de su declaración, Aglif reconoció también haber estado presente en septiembre de 2003 en la casa de Zouhier cuando éste, según la Fiscalía, hizo una prueba con parte del explosivo y un detonador que le facilitó Suárez Trashorras, lo que le produjo heridas en una mano.

Según su versión, ocurrió un domingo por la mañana, después de que él y Zouhier, a quien conocía desde niño, volvieran de fiesta, tras comprar éste dos gramos de cocaína "en el poblado de los yonkies". Cuando se encontraba en el baño escuchó un "tremendo ruido" parecido a "un petardo", y al salir vio a Rafa con la mano herida. "Le pregunté ¿Pero qué has hecho, qué es eso? Y él me respondió que había sido un petardo".

La declaración de Aglif puso en evidencia las malas relaciones existentes hoy en día entre Aglif y Zouhier. Así, el primero reconoció hoy ante el tribunal que Rafa había dicho de él "muchas barbaridades", y que por eso "para que se cagara", él le dijo a la Policía que el día de la explosión también estaba presente "El Chino". "Lo dije por venganza", afirmó.

A consecuencia de los aspavientos realizados por Zouhier, mencionado en múltiples puntos de la declaración, cada una de las veces que se le nombraba el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, interrumpió brevemente el interrogatorio y solicitó que se trasladara a éste a la última fila de asientos del habitáculo desde donde siguen el juicio los 29 procesados, pegado a la pared.

El acusado reconoció además, a preguntas a las acusaciones particulares, tener aproximadamente 10 tarjetas diferentes de teléfono. El 9 de marzo se produjo, según el sumario de instrucción, un intercambio de tarjetas con El Chino que Aglif calificó como "incierto", ya que ese día no vió a Ahmidan. "Es incierto, es imposible", dijo. "Los primeros días de marzo no hablé con El Chino y después de los atentados menos", añadió.

Negó conocer al resto de procesados relacionados con los atentados, exceptuando a "El Chino" y a Rafá Zouhier, y aseguró que nunca ha estado en Leganés y si se detectó a través de su móvil su presencia en las cercanías de la localidad a principios de marzo fue porque su trabajo le obligaba en ocasiones a repartir carne a clientes de su comercio "en las afueras de Madrid". También negó haber estado en la finca de Morata de Tajuña.