BILBAO, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un total de 28 militantes del sector crítico de Ezker Batua-Berdeak, ha anunciado que abandona el partido al considerar que su dirección, de la que está al frente Javier Madrazo, está sumida en "una grave deriva política, consecuencia de un apego enfermizo al poder que ha socavado la democracia interna".
Estos afiliados de EB, que han decidido darse de baja en la formación de izquierdas, han firmado una carta abierta, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que acusan a la actual Ejecutiva de fomentar "el clientelismo político y el enchufismo", y de actuar con un "autoritarismo" que "ha frustrado a Ezker Batua de una manera irrecuperable".
"Con la más profunda tristeza ante el naufragio sin paliativos del que un día fue un proyecto ilusionante en la transformación de nuestra sociedad, queremos comunicar públicamente nuestra baja como miembros de Ezker Batua", indican.
El documento cita, entre las razones que les llevan a abandonar el partido, "la grave deriva política consecuencia de un apego enfermizo al poder que ha socavado la democracia interna de la organización, votaciones en contra de iniciativas legislativas populares, apoyo a políticas que en nada ayudan a superar los frentismos, propuestas descafeinadas de participación ciudadana, censos internos llenos de enchufados en el Gobierno vasco, reparto masivo de prebendas institucionales y silencios cómplices con las políticas liberales y conservadoras del PNV".
"Este panorama nos lleva a que hoy afirmemos públicamente que el oportunismo, el clientelismo y el autoritarismo de la actual dirección encabezada por Javier Madrazo han frustrado Ezker Batua de una manera, creemos, irrecuperable", señala.
Los hasta ahora militantes de Ezker Batua subrayan que "hace ocho años se nos vendió el tripartito como un aspecto táctico". "Hoy sabemos que éste, así como formar parte de cualquier Gobierno, se ha convertido en una obsesión para la dirección de EB", añade.
A su juicio, "hoy las tareas de una 'izquierda de izquierdas' no pasan por ahí, ni por el plegamiento a las políticas de derechas del PNV, ni por los bandazos ideológicos en aspectos tales como el soberanismo que han servido para que no consiguiéramos ser esa 'txalupa' entre nacionalismos que se pretendió en algún momento".
En este sentido, apuntan que, "entre los momentos de mayor descrédito político se cuentan, únicamente por citar algunos, la bochornosa negociación del Gobierno de la Diputación Foral de Vizcaya o el voto en contra de la iniciativa legislativa popular 'Carta de Justicia y Solidaridad con los países empobrecidos'.
"CLIENTELISMO"
El texto manifiesta que "uno de los más graves hechos que han acompañado el acceso de Ezker Batua a responsabilidades de Gobierno ha sido la generalización del clientelismo político y del enchufismo de una parte de nuestra afiliación en la Administración".
"Estas han sido prácticas habituales e indisimuladas que, aparte del quebranto ético que han supuesto, han hecho a nuestra organización incapaz de tomar decisiones que, en algún caso, lesionaran los intereses de permanecer en el gobierno, aunque haya sido a costa de nuestra coherencia ideológica", afirma.
Para estos críticos de la formación de izquierdas, "la democracia interna se ha convertido en una pantomima". "La manipulación de censos, el personalismo y la difamación del discrepante, así como una política de liberaciones basada en la sumisión al coordinador están convirtiendo la organización en un puñado de personas asalariadas, que, en la mayoría de los casos, ven ésta como un trabajo más que como una responsabilidad militante", aseguran.
En su opinión, "todo esto, en grado máximo, se ha podido observar en la VII Asamblea en la que el coordinador general fue reelegido tras un inexplicable pacto con el hasta entonces hipercrítico PCE-EPK y una política de afiliaciones irregulares que han sido objeto de denuncia en los tribunales y admitida a trámite".
"Todo este conjunto de prácticas han impedido cualquier debate en igualdad de condiciones o la posibilidad de refundar o reorientar la organización", señalan.
"SIN COHERENCIA"
En este sentido, acusan al partido de convertirse "en una organización sin coherencia política, apegada al poder y con un interno sumiso al coordinador general". "EB ha renunciado a ser un agente por el cambio social. El fin de Ezker Batua ha dejado de ser la lucha por un nuevo modelo social anticapitalista para ser una mera gestora del actual sistema, sin cuestionarlo en ningún momento", destacan.
De esta forma, consideran que "esta deriva ideológica y de práctica política, más cercana a un holding de poder y al marketing que a una organización de izquierdas, ha ido dejando en el camino a muchos compañeros", para pasar a ser un "engaño político y social".
"Las gentes que, por todo el cúmulo de motivos ya expuestos, nos vemos obligadas a salir de Ezker Batua, creemos que otra izquierda, para lograr otro mundo, es posible y cada vez más imprescindible, y por eso cada cual se compromete, desde el lugar donde esté, por conseguirla; ya sea desde los movimientos sociales o bien desde otras organizaciones que representen a una izquierda política anticapitalista, republicana, transformadora, pacifista y valiente, que recojan el testigo de lo que algún día pudo ser EB", concluyen.