La Armada aspira a completar su flota con ocho buques de acción marítima, una sexta F100 y otros dos submarinos S-80

Actualizado: martes, 3 abril 2007 16:12

Las prioridades a corto plazo se centran en aumentar el número de BAM y conseguir posteriormente la nueva fragata y los dos sumergibles

MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Armada española aspira a completar su flota marítima con la adquisición de entre cuatro y ocho buques de acción marítima --que se unirían a las cuatro unidades que fabrica Navantia y prevé entregar a partir de julio de 2009--, otros dos submarinos de la clase S-80 --que se sumarían a los cuatro que la naviera militar española-- y una sexta fragata de la clase 'Álvaro de Bazán', que cuenta con cuatro unidades ya en servicio y una quinta en proceso de fabricación, informaron a Europa Press fuentes militares.

Las fuentes consultadas señalaron que las aspiraciones más inmediatas de la Marina se centran en la actualidad en conseguir a corto plazo la adquisición de nuevas unidades de los buques de acción marítima (BAM), que sustituirán a la flota de patrulleros y que destacan por su versatilidad y capacidades operativas.

En concreto, la Armada esperar conseguir una flota compuesta por un mínimo de ocho BAM y un máximo de doce unidades (tiene cuatro ya en proceso de fabricación), número este último que le permitiría afrontar con total garantía los cometidos operativos asignados a su fuerza marítima.

El contrato de adquisición de los cuatro primeros BAM fue firmado por el actual Gobierno con Navantia en julio de 2006. La primera unidad será entregada, previsiblemente, en julio de 2009 y la última en noviembre de 2010.

Con un desplazamiento máximo de 2.490 toneladas y 93,9 metros de eslora, este nuevo patrullero multipropósito tiene capacidad para navegar a 20,5 nudos con una autonomía comprendida entre las 3.500 y las 8.700 millas.

Dotado de cuatro motores y con una tripulación de 35 marineros y la posibilidad de embarcar otras 80 personas, este buque dispone de medios de defensa activa y pasiva por dirección de plataforma e incorpora el sistema de combate 'SCOMBA'.

Con un coste estimado de 340 millones de euros por unidad, cada BAM puede embarcar un helicóptero y está capacitado para misiones de vigilancia oceánica, lucha contra el terrorismo, la contaminación y el narcotráfico.

La Armada, según las fuentes militares consultadas por Europa, tiene además entre sus prioridades, aunque más a largo plazo que el aumento de BAM, la adquisición de la sexta fragata de la clase Álvaro de Bazán y la compra de otros dos submarinos S-80.

Tras la autorización de la quinta F-100 otorgada por el Gobierno en abril del pasado año y cuya entrega está prevista para julio de 2012, la adquisición de la F-106 supondría una inversión próxima a los 750 millones de euros e implicaría en los astilleros de Navantia una carga de trabajo similar a la de su predecesora, unos 3,5 millones de horas.

Este moderno buque de guerra, definido por altos mandos de la Armada como "inigualable" al aunar altas prestaciones y un sistema de combate de máximas garantías en un tamaño sensiblemente reducido en comparación con los destructores de la 'US Navy', incorpora un sistema de radar capaz de controlar movimientos de aeronaves en un radio de 600 kilómetros.

Dotadas del sistema de combate estadounidense 'AEGIS' --que permite detectar y seguir hasta 90 blancos móviles y dirigir los misiles antiaéreos y de superficie--, las F-100 estarán armadas a partir de 2011 con el sistema de misiles tácticos de crucero 'Tomahawk'.

Estos buques de escolta disponen de dos lanzadores cuádruples de mísiles antibuque 'Harpoon', dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46, un cañón tipo Mk-45, un lanzador vertical Mk-41 con 48 tubos y cuatro lanzadores de señuelos.

Todas ellas cuentan con casco de protección balística de acero de alta resistencia y su motor está montado sobre piezas elásticas, que no transmiten ruido al casco, por lo que son más difícilmente detectables por submarinos.

Cada buque, con 146,7 metros de eslora, es capaz de navegar a una velocidad máxima de 52,8 kilómetros por hora y tiene una autonomía de 8.334 kilómetros, con lo que recorrería la distancia entre Ferrol y Florida en sólo siete días.

S-80

Tras el aumento de la flota de BAM hasta las doce unidades y el 'cierre' de la escuadrilla F-100 con la compra de una sexta fragata, las prioridades de la Marina a largo plazo pasan por la adquisición de otros dos submarinos de la clase S-80.

Esos dos nuevos sumergibles dejarían a la Armada con un arma submarina compuesta por seis unidades, frente a las ocho que integraban las clases S-60 (ya retirada) y S-70 (actualmente en servicio).

Esta nueva clase de submarinos diesel-eléctricos incorporará un inédito sistema de propulsión independiente del aire (AIP) diseñado por Navantia e integrará el sistema estadounidense de misiles 'Tomahawk'. Inicialmente, estará integrada por cuatro unidades y su entrega comenzará en 2011 y concluirá en 2014.

Pronosticado por altos mandos de la Armada como "el mejor submarino de propulsión no nuclear del mundo" y con una autonomía de inmersión de quince días, este sistema de armas monocasco tendrá capacidad para misiones de proyección de poder naval sobre tierra, guerra naval especial, protección de fuerza desembarcada, vigilancia, protección de fuerza naval y disuasión.

La llegada de los submarinos S-80 cubrirá el vacío dejado en la Armada por la clase 'Daphné' S-60 --su última unidad, el 'Marsopa', causó baja la Marina en junio del año pasado tras 30 años de servicio-- y coincidirá con el inicio de la retirada de las unidades de la clase 'Agosta' S-70 --su vida operativa podría prolongarse hasta el periodo comprendido entre 2010 y 2015 y su primera unidad, el 'Galerna', fue entregada en enero de 1983--.

La compra de otras dos unidades de S-80 dejaría a la Marina española con una flota submarina compuesta por seis sumergibles de última generación, frente a las dos series con que contaba con anterioridad.

Las fuentes militares subrayaron que este tamaño más reducido de su arma submarina (seis unidades frente a las ocho de las S60 y S70) permitiría afrontar con garantías las necesidades operativas con sumergibles más avanzados tecnológicamente y que requerirán menos personal, en consonancia con el objetivo de tener una Armada "moderna, eficiente y motivada".

Fuentes de la industria de defensa española consultadas por Europa Press señalaron que la compra de dos nuevos submarinos S-80 supondría un desembolso próximo a los 350 millones de euros por unidad e implicaría una importante carga de trabajo para los astilleros de Navantia, la única constructora naval que ha exportado un portaaeronaves diseñado y fabricado íntegramente en sus factorías, el Chackrinaruebet de la Armada tailandesa.