ARANJUEZ, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Palacio Real de Aranjuez acogió hoy la visita del ministro de Cultura, César Antonio Molina, que presidió los actos de conmemoración de la constitución de la Junta Central Suprema en Aranjuez en 1808.
Representantes de varias autonomías de España, el presidente de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña, el Amotinado Mayor --cargo que se otorga en las fiestas de septiembre de la localidad--, Gregorio Peces Barba, y el alcalde de Aranjuez, Jesús Dionisio Ballesteros, participaron junto al ministro de Cultura en el acto de conmemoración de la fundación de la Junta Central Suprema, que se instauró en el contexto de la Guerra de la Independencia y en ausencia del poder de la monarquía.
El acto se realizó en la capilla donde, hace doscientos años, se reunieron los 34 miembros que compusieron la Junta Central Suprema y Gubernativa de España e Indias, presidida por el conde de Floridablanca.
Ballesteros hizo hincapié en que el Real Sitio ocupa un lugar de preferencia en este acontecimiento histórico tan relevante, que inició al territorio español en ideas de ciudadanía, soberanía o libertad.
El ministro Molina señaló que la Junta Central esbozó el corte ideológico del Estado moderno por el que hoy disfrutamos de un sistema democrático fuerte y consolidado, en el que impera "la ley, la confianza, la solidaridad y la justicia". "Me siento orgulloso de representar al Gobierno de España, en un acto cargado de significado y compromiso", apuntó.
César Antonio Molina, manifestó que la España hoy, sucesora de esa idea de recogida en la Junta Central Suprema, es un país que se subleva ante la violencia, la injusticia y la barbarie.
Tras la recreación de la constitución de La Suprema, los asistentes se trasladaron al cruce de las calles Palacio de Silvela, San Antonio y Joaquín Rodrigo, donde se descubrió un monumento que servirá para recordar este acontecimiento histórico, origen del constitucionalismo español.
El monumento, esculpido en piedra de Colmenar, tiene cuatro metros de altura y es obra del ribereño Manuel Cristóbal. El ministro de Cultura afirmó que ese monumento es un homenaje a aquellos que entendieron que no era demasiado tarde para emprender la utopía de un mundo mejor, y que acercaron la distancia "entre realidad y deseo, soñando para nosotros la libertad y la democracia".
A través de estos actos, el Real Sitio de Aranjuez reivindicó su papel en la Historia de España como "cuna de la nueva nación" que hizo frente a la invasión francesa, rompió con el Antiguo Régimen y sentó las bases de la soberanía nacional.
