Condenados por engañar a un hombre, abandonado en un centro de Cáritas, para quedarse con su finca

Actualizado: jueves, 25 septiembre 2008 19:54

MÁLAGA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a una pareja a un total de cinco años de prisión por un delito de estafa, al considerar probado que ambos engañaron durante años a un francés, que padecía una enfermedad degenerativa, para quedarse con su finca y cobrar una pensión y prestaciones económicas con el argumento de que lo iban a cuidar hasta la muerte. El hombre fue "abandonado en centro de beneficencia" donde falleció en 2001, según la sentencia.

En mayo de 1992, el francés fue ingresado en un hospital malagueño como consecuencia de un accidente cerebro-vascular hemorrágico. En julio del mismo año, según la resolución, un abogado, en un principio imputado pero no juzgado por haber muerto, actuó en representación del Consulado francés y vendió al acusado la finca del hombre, que se ubica en el camino del Colmenar de la capital y de unas 10 hectáreas, por ocho millones de las antiguas pesetas; aunque sólo consta que se llegaran a pagar tres millones.

En septiembre de dicho año, la vicecónsul de Francia en Málaga firmó un documento que autorizaba a los acusados a cuidar de la conservación y mantenimiento del inmueble hasta que no se declarara judicialmente la incapacidad del francés, que estaba internado en un centro, donde permaneció hasta mayo de 1993, según se declara probado en la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press, fecha en la que los acusados se lo llevaron para ser atendido en la casa de éstos.

En octubre de 1994, la víctima concedió personalmente un poder de ilimitada extensión a la acusada y en febrero de 1995, también él mismo otorgó testamento ante notario en el que se constituyó un legado, conteniendo la finca, también a favor de la procesada. Tan sólo algunos días más tarde, el francés fue nuevamente ingresado en un hospital, con nivel de consciencia disminuido; mientras que un día después la mujer pidió la extinción de los usufructos vitalicios de los parientes del hombre.

En el Tribunal de la Sección Primera causó extrañeza que estando más avanzada la situación degenerativa del perjudicado "otorgue personalmente el testamento, cuando no pudo hacer la inicial venta a la acusada", además se precisa que la finca que dejó en legado a la mujer "ya había sido vendida a su marido anteriormente", por lo que se concluye que el propietario no tuvo conocimiento de esa venta inicial, realizada a través del abogado.

Posteriormente, en octubre de 1995, los acusados hacen separación de bienes y se produce una nueva venta de parte de la finca, en esta ocasión de la mujer a su propio esposo. La víctima volvió de nuevo a la casa de los acusados, aunque luego regresó al hospital, "sin que nadie se interese por él". En total, según la Sala, el francés no pasó más de 25 meses en el domicilio de los acusados y fue "en los momentos menos difíciles de atención" al perjudicado.

NADIE SE INTERESÓ POR ÉL

Cuando fue dado de alta, fue enviado a un centro de beneficencia, dependiente de Cáritas "donde residió privado absolutamente de conciencia hasta su fallecimiento", en noviembre de 2001, sin que, igualmente, "nadie se interesara por él". El tiempo que estuvo en dicho centro, los acusados continuaron usando el poder en beneficio propio, pues de la finca se expropiaron terrenos afectados por el proyecto de un tramo de la Ronda Este de Málaga, de lo que obtuvieron dinero.

Además, recibieron otras prestaciones económicas, puesto que solicitaron una pensión no contributiva, que llegó a casi 12.000 euros en total y que estuvieron percibiendo, según la sentencia, hasta agosto de 1998, cuando se solicitó que fuera abonada en la cuenta de la residencia gestionada por Cáritas. Asimismo, "hicieron suyo" el importe de una ayuda financiera concedida por el Estado francés.

Al Tribunal le ha llamado "poderosamente la atención" el uso de diversos instrumentos jurídicos para conseguir los propósitos y subraya que los acusados "engañaron a la víctima, ofreciéndole atención y cuidados hasta su fallecimiento a cambio de la finca que llegó a dejarles", destacando "el escaso tiempo que los acusados mantuvieron al perjudicado en su domicilio y la alta retribución exigida y recibida a cambio de ello".

"Queda claro que con la conducta depredatoria, los acusados determinan que la víctima paso los últimos años de su vida en un establecimiento de beneficencia cuando con la propiedad, dinero en efectivo y prestaciones que disponía podía haber estado en condiciones mucho más favorables en un establecimiento o en un domicilio privado, caso de haberse administrado correctamente sus bienes", concluye la sentencia.

La Sección Primera los condena por un delito de estafa con los agravantes de especial gravedad y abuso de relaciones personales, y con la atenuante de dilaciones indebidas. Además de los dos años y medio de prisión que se impone a cada uno, se les condena a ambos al pago de una multa de 14.400 euros y se declara la nulidad del poder otorgado y del otorgamiento del testamento.