Condenan a un hombre por violar a su hija reiteradamente cuando tenía 14 años de edad

MÁLAGA 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 14 años y tres meses de prisión a un hombre por un delito continuado de agresión sexual, al considerar probado que violó durante meses a su hija cuando ésta tenía 14 años de edad con una frecuencia de dos o tres veces por semana. Además, tendrá que indemnizar a la joven con 60.000 euros y no podrá acercarse ni comunicar con ella por un periodo de cinco años.

Los hechos comenzaron una noche de verano de 2002 cuando los dos se encontraban viendo la tele, mientras que la mujer y el otro hijo estaban dormidos. En un momento determinado, comenzó "a hacerla tocamientos" que culminaron en una agresión sexual, oponiéndose la joven a estos actos, que el acusado realizó "sin que las quejas por el dolor que sentía le hicieran desistir de su propósito", según la sentencia.

Según se declara probado, en la resolución a la que tuvo acceso Europa Press, fue "un calvario que se prolongó durante varios meses, en los que los yacimientos carnales se producían con una frecuencia de dos a tres veces por semana, preferentemente los sábados, bien en el domicilio familiar de Nerja, bien en el cortijo que la familia poseía en Torrox".

Asimismo, se precisa que le sujetaba las manos, "abriéndole las piernas y tapándole la cara con una almohada o con una toalla, en tanto que la amedrentaba, insinuando que podría atentar contra su madre o su hermano" y diciéndole que "podía quedarse sola en el mundo". Un día, la esposa se presentó de improvisto en el salón donde estaban ambos y vio "extraña" a su hija, tras lo que decidió poner pestillos en las habitaciones.

Posteriormente, el matrimonio, que tenía problemas al margen, se separó, "lo que supuso un gran alivio para la víctima pues se había propuesto ahorrarle a su madre el disgusto y sufrir en solitario las vejaciones de que estaba siendo objeto por parte de su padre", señala el Tribunal, por lo que pensó que el estar distanciada de su padre supondría "el fin de sus aflicciones sin necesidad de que su madre se enterara de lo que había padecido".

No obstante, continúa la sentencia, sus esperanzas se vinieron abajo una mañana de julio de 2006 en la que recibió una llamada del acusado "haciéndole proposiciones sexuales". Estas comunicaciones se repitieron y una, la última que se produjo, fue escuchada por agentes de la Policía Local, puesto que madre e hija terminaron presentando denuncia. La joven, ahora de unos 20 años de edad, ha requerido tratamiento psicológico.

Para la Sala, el testimonio de la víctima "rezumaba sinceridad cuando refería el silencio en que había soportado tan atroces vejaciones. Por evitar disgustos familiares pretendió incluso llevarse a la tumba su sufrimiento y sólo reaccionó cuando se vio obligada a contar a su madre lo sucedido ante las insistentes llamadas telefónicas del acusado". Además, estima que expuso los hechos "sin ambigüedades ni contradicciones".

El Tribunal señala que esta versión cuenta con el respaldo del testimonio de los policías que escucharon esa conversación, en la que el hombre se identificó como su padre; y de la madre y consideró que "no es imaginable que madre e hija fabularan la existencia de las agresiones relatadas con objeto de presionar la acusado a que accediera a sus exigencias económicas en el proceso de separación".