CIUDAD REAL 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La abogada que ejerce la defensa de Ramón Luis Sánchez Gómez, de 45 años, juzgado por matar a golpes a su mujer, Ana Isabel, de 39 años, embarazada de más de seis meses, y a su sobrina de 4 años, el 30 de julio de 2006 en Argamasilla de Alba (Ciudad Real), modificó hoy su calificación inicial en la que solicitaba la libre absolución de Sánchez Gómez y reconoció que su patrocinado cometió dos delitos de asesinato con ensañamiento, uno de ellos en concurso ideal con el delito de aborto, aunque solicitó que se aplique la eximente completa de trastorno mental transitorio completa o, de forma subsidiaria, de forma incompleta o como atenuante muy cualificada.
El juicio, que se sigue por el procedimiento del jurado popular, quedó hoy a la espera de veredicto después de que, tras la declaración de varios peritos, todas las partes elevaran a definitivas sus calificaciones, de forma que tanto el Ministerio Fiscal como el abogado del Estado, el letrado de la Junta de Comunidades y la acusación particular, ejercida por la familias de las víctimas, solicitaron 47 años y 5 meses de prisión para el acusado por dos delitos de asesinato con ensañamiento y alevosía, además de la agravante de parentesco y uno de aborto doloso.
La fiscal justificó esta petición en el hecho de que considera que a lo largo del juicio se ha acreditado que Ramón Luis Sánchez mató a sus dos víctimas con alevosía, impidiéndoles cualquier posibilidad de defensa o huida aprovechándose de su superioridad física, así como con ensañamiento, ya que les propinó a ambas más golpes de los que hubieran sido necesarios para conseguir su finalidad de matarlas, causándoles un dolor innecesario, "y como él mismo dijo, si hubiera querido matarlas, con un golpe habría sido suficiente".
Asimismo, consideró también probado que el imputado estaba en pleno uso de sus facultades mentales y explicó que Sánchez Gómez no había sufrido ningún trastorno mental anterior ni en el momento de los hechos padeció una alteración mental transitoria, "como así lo descartaron las revisiones médicas, forenses y psiquiátricas, además de que así lo acredita su forma de actuar porque, con un trastorno mental transitorio, no se recuerda lo ocurrido y él si lo sabía porque dio detalles en sus declaraciones, además de que no habría avisado al 112 ni a los padres de la niña, ni se habría cambiado de ropa él y su hija".
"No se merece ningún tipo de rebaja en su pena porque no padece ninguna enfermedad mental ni ningún trastorno mental transitorio", sentenció la fiscal en su alegato, con el que coincidió plenamente el abogado del Estado, quien destacó que en el caso de las enfermedades mentales no se puede aplicar el principio de "in dubio, pro reo" --principio jurídico de que en caso de duda, por ejemplo, por insuficiencia probatoria, se favorecerá al imputado--, sino que se ha de demostrar con una prueba directa que, estimó, no se ha presentado durante el juicio.
"ES MALO"
En términos similares se pronunció el letrado de la Junta de Comunidades, quien insistió en que "el acusado sabía lo que hacía y como lo hacía", y la acusación particular, para quien "no es que esté loco, es que es malo", y recordó que en el Código Penal no existe, al igual que la presunción de inocencia, la presunción de locura, "y el acusado no ha demostrado ningún trastorno, tan sólo una amnesia que le permitía recordar lo que creía que le iba a favorecer y olvidar el resto".
Finalmente, la defensa sostuvo que se cometieron dos delitos de asesinato con ensañamiento aunque no con alevosía porque "el no provocó la situación en la que ocurrió, no pudo prever la presencia de su sobrina. Creo que no fue premeditado y los hechos no fueron intencionados", indicó la letrada, quien añadió que existía un trastorno mental acreditado por el hecho de que 15 años antes se intentara suicidar y el testimonio de la médico del Centro de Salud Mental de Fuentabrada, donde en 1992 se le diagnosticó un "posible" trastorno de la personalidad con rasgos obsesivos y esquizoides.
"Su forma de actuar no fue propia de una persona que ha cometido dos asesinatos, después de cometer los hechos no recordaba nada, tan sólo lo que le iban preguntando", indicó la abogada del acusado, minutos antes de éste hiciera uso de su derecho a la última palabra para mostrar su "arrepentimiento", calificar de "repugnantes y asquerosos" los hechos que cometió y pedir perdón a los familiares de las víctimas.