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EUROPA PRESS/UCLM
Actualizado: martes, 15 agosto 2017 9:26

MADRID, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -

El bolígrafo, la maquinilla de afeitar, la fregona o la gabardina son sólo algunos de los inventos que hoy son de uso cotidiano para todos los ciudadanos pero que tuvieron un pasado militar antes de popularizarse entre la sociedad civil, según ha explicado a Europa Press María José Izquierdo, analista del Instituto de Estudios Estratégicos (IEEE).

Algunos de ellos fueron inventados por militares, otros encargados por el Ejército para el campo de batalla y los más habituales son productos que permanecieron en el cajón de los olvidos hasta que los uniformados descubrieron sus virtudes y los catapultaron al éxito.

Este último es el caso, por ejemplo, del bolígrafo, inventado por el búlgaro Lazlo Biro como sustitución a las plumas estilográficas de tinta en 1938. Sin embargo, su uso fue muy limitado hasta que los pilotos de las Fuerzas Armadas británicas lo adoptaron en la II Guerra Mundial al descubrir que la tinta no se derramaba.

El mismo proceso atravesó la maquinilla de afeitar, inventada por King Camp Gillette en 1895. Al principio vendió 51 maquinillas y 168 cuchillas, pero al entrar Estados Unidos en la I Guerra Mundial el suministro se disparó hasta los cuatro millones de maquinillas y 32 millones de cuchillas para los soldados americanos.

También el reloj de pulsera, complemento imprescindible hoy en día, se popularizó tras la Primera Guerra Mundial cuando los oficiales de artillería se dieron cuenta de que les permitía consultar el tiempo de disparo a la vez que calibraran los cañones. Hasta entonces era un elemento utilizado sólo por mujeres y los hombres llevaban los clásicos relojes de bolsillo.

También las conservas fueron muy usadas por los soldados del ejército francés después de que el pastelero Nicolás Appert hubiera descubierto el método para mantener los alimentos en buen estado. Para realizar las primeras conservas se colocaban los alimentos en botellas de vidrio que se cerraban con tapones de corcho sujetos con alambre y sellados con cera. Este sistema evolucionó después hasta las actuales latas de conservas.

LA GABARDINA, DISEÑADA PARA OFICIALES BRITÁNICOS

La gabardina, muy de moda en la actualidad, fue originalmente una prenda diseñada por Thomas Burberry en 1880 para los oficiales británicos durante la I Guerra Mundial, quienes apreciaban sus características como una prenda ligera, transpirable, impermeable y que protegía contra las inclemencias del tiempo en climas extremos.

También por encargo del Ejército, en este caso del de Estados Unidos, la empresa Willys-Overland inventó en 1941 el primer todoterreno para ser utilizado en el campo de batalla como ambulancia, vehículo ametralladora o camioneta de transporte.

En España, el ingeniero del Ejército del Aire Manuel Jalón Corominas inventó en el año 1956 la fregona, primero conocida como 'aparato lavasuelos'. Él mismo ideó más tarde el escurridor para la fregona tal y como se mantiene hoy día.

Además, el Instituto de Estudios Estratégicos sostiene que también fue un español, el comandante Julio Cervera, el verdadero inventor de la radio que se atribuye a Guglielmo Marconi. Cervera era ayudante de Marconi y aseguran que fue él el inventor del teléfono sin hilos que permitió transmitir el sonido a largas distancias.

Todos estos inventos revolucionarios en su momento siguen sumando en la actualidad capacidades descubiertas por el mundo militar y cuyo uso se traslada después a la sociedad civil, como el ya imprescindible Internet, creado en 1969 por el Ministerio de Defensa de Estados Unidos como una red segura que no podía ser atacada y propiciaba la comunicación entre distintos organismos de defensa.

Además, los ciudadanos disfrutan en su día a día a otra multitud de aparatos que funcionan gracias a aplicaciones militares, como los satélites, el GPS, el microondas que aprovecha las ondas electromagnéticas o el ultrasonido que permite, por ejemplo, la realización de ecografías.

CULTURA DE DEFENSA EN LOS COLEGIOS

Todos ellos forman parte del material de trabajo con el que el Instituto de Estudios Estratégicos trata de hacer llegar al mundo educativo la cultura de seguridad y defensa. "No todo el mundo militar es sangre y balas", sostiene Izquierdo, miembro del área de docencia y encargada de la aplicación diseñada para que los docentes expliquen a sus alumnos estos avances del mundo militar "que nos cambiaron la vida".

En la actualidad no hay ninguna asignatura que inculque esta cultura de defensa --sí estaba incluida en la extinta Educación para la Ciudadanía--, por lo que su llegada a los centros educativos está condicionada al interés del profesor, según lamenta la analista del IEEE, que sin embargo asegura que la acogida es muy buena y cuenta con un amplio interés.

A su juicio, este tipo de conocimientos permite, entre otras cosas, tener la visión de que el dinero invertido en industria de defensa también llega a la sociedad civil. Y añade el ejemplo de los drones, que este verano están empezando a ser utilizados para labores de salvamento marítimo.

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