BILBAO 10 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, reconoció hoy que la Justicia vive "tiempos convulsos" y abogó por "el silencio sonoro" como respuesta porque "es mucho más apreciado el silencio sonoro que las palabras a destiempo". Además, destacó que, aunque los jueces puedan cometer errores, existen mecanismos para corregirlos.
Durante su intervención en el acto de toma de posesión del magistrado Juan Luis Ibarra como presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Dívar agradeció al lehendakari, Patxi López, que, con su presencia, contribuya a "la normalización de las relaciones institucionales" con la Justicia.
El presidente del máximo órgano de gobierno de los jueces expresó su satisfacción por encontrarse en Bilbao, donde creció y vivió durante 21 años, en los que ejerció como juez de la capital vizcaína y de Durango. "Soy testigo del noble señorío del pueblo vasco", señaló.
Carlos Dívar agradeció al lehendakari, Patxi López, su presencia en el evento porque es "muy significativa", al suponer "toda una normalización de unas relaciones institucionales que siempre deben ser fluidas".
"Qué importante es, querido lehendakari, que hoy nos honra a todos con su presencia, esta fluidez en las relaciones, esta posibilidad de poder hablar, dialogar. A veces, los que más dicen ser demócratas, renuncian al diálogo, a hablar y a tender la mano a aquellos que están distantes", añadió.
A su juicio, "la diferencia de criterios y de pareceres no es nunca un obstáculo entre personas que tienden a la democracia, a una Justicia verdadera". "Esa justicia nos exige comprender a todos los demás, y el mérito está en comprender a los que opinan de manera distinta a la nuestra, abriéndoles también nuestro corazón", señaló.
En esta línea, subrayó "lo bello de la amistad, y de la amistad también en política y en Justicia", a la que se puede llegar "tendiendo la mano", aún con el riesgo, "que es valentía, de que nos pueda ser rechazada".
Tras recordar "el prestigio" del nuevo presidente del TSJPV, al que deseó "los mejores éxitos en su misión", expresó a su antecesor en el cargo, Fernando Ruiz Piñeiro, "la gratitud de la Justicia al deber cumplido".
LA CORRECCIÓN DE ERRORES
Carlos Dívar afirmó que la función del juez es cumplir "recta e imparcialmente la Justicia", y dijo que no debe preocupar que los jueces "puedan cometer errores" porque existen "los propios mecanismos de corrección dentro de nuestro sistema".
"Pocas profesiones, pocos de aquellos que nos critican, tienen tantos recursos, tantas posibilidades de que el posible error pueda ser a la larga rectificado y lleguemos a la meta de impartir ciertamente, recta e imparcial Justicia", aseveró.
En esta línea, insistió en que los jueces tienen "medios a su alcance" y la sociedad no debe preocupar "porque los problemas de la Justicia, que ciertamente existen, no son problemas, precisamente de los jueces, no son precisamente problemas del colectivo, no son problemas que plantean las personas".
"Comparen la administración de Justicia con otras administraciones y verán cómo no estamos tan a la cola de todas las administraciones que conforman la unidad del Estado", dijo.
Asimismo, señaló que, con la toma de posesión del presidente del TSJPV, se restablece "una normalidad institucional". "Por fin se renueva periódicamente el puesto de presidente del TSJPV. La provisionalidad no es deseable", afirmó, en referencia al hecho de que este cargo haya estado más de un año sin cubrirse.
Tras recordar que el CGPJ tiene la obligación de ejercer la facultad constitucional de nombrar determinados cargos judiciales, dijo que los propios miembros del órgano de Gobierno de los jueces tiene que hacer su propio "examen de conciencia".
"LA VOZ DE LA JUSTICIA"
Asimismo, dijo que el presidente del TSJPV "es el representante de uno de los poderes del Estado en el territorio, es la voz de la Justicia, la voz que tiene que tener un juez en su sentencia y que, como tal, tiene que ser respetada porque otra cosa es que las decisiones judiciales sean recurridas". Además, destacó las especiales funciones que desarrolla el presidente de la Sala de lo Civil y Penal.
Carlos Dívar reconoció que se viven "tiempos convulsos" en la Administración de Justicia y señaló que "nuestra respuesta, como magistrados y tribunales, como el propio Tribunal Supremo, debe ser el silencio, ciertamente sonoro". "Es mucho más apreciado el silencio sonoro que las palabras a destiempo", dijo.
A su juicio, "muchos de los fracasos están en querer adelantar la hora de los éxitos", y apuntó que "hay que dejar tiempo" porque es importante en la Justicia, "no el retraso, sino el tiempo, la paciencia, la calma, la tranquilidad con que un juez tiene que ver toda la perspectiva de la Justicia que, muchas veces, supone la capacidad en un juez de soportar la duda". "Para un juez ser justo antes que generoso es muy importante, pero ser humano antes que justo es todavía más importante", concluyó.