Deberá devolver el dinero a unos 60 afectados, cuyos abogados tienen pocas esperanzas de que lo haga
PONTEVEDRA, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
La empresaria de Bueu (Pontevedra) María Pilar Pérez Gesteiro, dueña de una correduría de seguros con sedes en Cangas y Marín, ha aceptado una pena de cinco años de prisión tras reconocerse como autora de un delito continuado de estafa agravada por una cuantía que supera el millón de euros.
Así se acordó este martes en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que acogió el acuerdo de conformidad que evitó la celebración del juicio.
El fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, propuso a esta mujer que reconociese los hechos de los que se le acusan a cambio de una condena de cinco años de prisión, el pago de una multa de 12 meses a 12 euros diarios y la devolución a unos 60 vecinos de O Morrazo de las cantidades obtenidas a través del fraude.
Esta vecina de Bueu, de 55 años de edad y que llegó a tener cargos directivos en el PP local, regentaba dos agencias en las localidades de Cangas y Marín, donde captaba los clientes.
MODUS OPERANDI
Según las denuncias de los afectados y las investigaciones realizadas por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra desde el año 2005 en la denominada 'Operación Embrujo', la procesada ofrecía a sus clientes varios fondos de inversión con una rentabilidad del 10 por ciento, que documentaba, la mayoría de las veces, con informes falsos.
En esta estafa piramidal, la empresaria utilizaba las aportaciones de unos inversores para satisfacer los pagos de los rendimientos a los otros.
INCREMENTO DE SU PATRIMONIO
Fruto de esta actividad ilegal incrementó notoriamente su patrimonio, constituyendo varias sociedades, adquiriendo inmuebles, vehículos y hasta cuatro tiendas de ropa y dos restaurantes en las localidades de Cangas, Marín y Pontevedra.
Pilar Pérez fue detenida el día 20 de octubre de 2009 y lleva en prisión hasta la fecha, por lo que ya ha cumplido la condena.
Por su parte, los abogados de los estafados tienen pocas esperanzas de que se devuelva el dinero a sus clientes.
