MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente ejecutivo del PCE y miembro de la Presidencia Federal de Izquierda Unida (IU), Felipe Alcaraz, expresó hoy la necesidad de que tras el alto el fuego de ETA se inicie un proceso de "reconciliación política", lo cual, en cualquier caso, "no implica ni el olvido, ni el perdón".
En rueda de prensa, argumentó que esto lo dice como miembro del PCE, un partido que en "pleno franquismo, con gente fusilada, en las cárceles, exiliada y torturada, preconizó una política de reconciliación, cuyo punto de llegada fue la Constitución de 1978". "Es un tema delicadísimo, pero no se puede pensar en otras cuestiones sin que haya un entendimiento integral y absoluto de las víctimas", apostilló.
Insistió, por tanto, en que las víctimas "deben comprender esto", porque mientras tanto, "todos estamos en el aire". Reiteró, además, que durante la dictadura franquista el PCE tuvo que llevar a cabo esta misma política de reconciliación, lo que hizo que "muchos militantes tuvieran que tragarse algunos sapos como una mesa camilla con brasero incluido"
Alcaraz añadió que a las víctimas no se las debe usar "en plan partidista", no se las debe crear "sentimientos excluyentes" y no se las debe dividir, "como se está haciendo ahora". Eso sí, volvió a afirmar que sin una política de reconciliación y sin que las víctimas comprendan a "qué panorama vamos" será "difícil" que culmine el proceso de pacificación.
Por otro lado, reclamó que se mantengan separados el proceso de paz del de normalización democrática, porque de no hacer así podría aparecer una especie de "tufillo" de precio político, al tiempo que resaltó que este es un conflicto político en el que "no hay que hablar con ETA para nada, sino con todos los partidos políticos".
"MESAS MULTIPARTITAS"
Alcaraz pidió la legalización de Batasuna, que se derogue la Ley de Partidos, revisar todas las medidas con "tufillo" de excepción que "nunca" se debieron adoptar y llevar a cabo el acercamiento de presos y las medidas de reinserción "oportunas".
Sobre normalización política, apuntó que se puede ir a mesas "multipartitas", pero no sólo en el País Vasco y Navarra, sino también a nivel estatal, porque hay que reconocer el "protagonismo fundamental" del presidente Zapatero desde el Gobierno central.
Apuntó que se debe trabajar para tender hacia un Estado "federal, plurinacional y solidario", en el que no se originen situaciones "asimétricas" para Euskadi y Navarra, sino que se construya "armónicamente" el Estado desde condiciones "similares" en todos los territorios.
Finalmente, manifestó su oposición a una Ley de la Memoria Histórica que conectara con la parte "inmodélica" de la transición, que es la que hace referencia a los olvidos y concesiones que se tuvieron que hacer para lograr el consenso. Pidió, por tanto, que la democracia "rinda tributo" a los muertos republicanos que perdieron su vida "luchando por la libertad y por un régimen legítimo".
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