Hoy se reunirá con el primer ministro y mañana viajará a la base 'Miguel de Cervantes' para transmitir su apoyo a los militares
BEIRUT (LÍBANO), 7 Abr. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Ana Moreno) -
El Rey Felipe VI ha llegado este lunes a Líbano en el marco de un viaje oficial de dos días en los que se reunirá con representantes del Gobierno del país y visitará al contingente español desplegado en la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), que actualmente consta de más de 500 efectivos. Será, así, la primera visita que haga el monarca a una misión de las Fuerzas Armadas en el exterior desde su proclamación en junio del año pasado.
El viaje de Don Felipe, jefe supremo de las Fuerzas Armadas desde que accedió al trono por ser un cargo inherente a la condición de Rey, se produce poco más de dos meses después de que un miembro del destacamento español, el cabo Francisco Javier Soria Toledo, falleciera en el sur de Líbano a consecuencia de un ataque del Ejército israelí contra milicianos de Hezbolá, hechos que están siendo investigados tanto por la ONU como por el Gobierno hebreo.
En una visita no anunciada previamente, el Rey ha llegado a bordo de un Airbus A310 de la Fuerza Aérea acompañado por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, en torno a las cuatro y cuarto de la tarde hora española (las cinco y cuarto en Líbano) a Beirut, la capital, donde ha sido recibido por el viceprimer ministro y ministro de Defensa, Samir Mokbel, y por el ministro consejero de la Embajada española, Manuel Durán.
A continuación, el jefe del Estado se ha trasladado a la residencia de la legación diplomática para ofrecer una recepción a la colectividad española en Líbano y al finalizar este encuentro se dirigirá al Palacio del primer ministro, Tamam Salam, con quien mantendrá una entrevista de trabajo y una cena oficial.
Será mañana, miércoles, cuando el monarca, junto con Morenés, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), se traslade de Beirut a Marjayún, a unos 140 kilómetros al sur y muy cerca de la frontera con Israel, para visitar la base 'Miguel de Cervantes', donde se encuentra el grueso del contingente español dentro de la misión de Naciones Unidas.
ÚLTIMA VISITA EN NOVIEMBRE DE 2008
Esta no es la primera vez que Don Felipe visita al contingente español en Líbano, aunque sí es la primera que lo hace como Rey de España y jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Como Príncipe de Asturias, viajó a este país de Oriente Próximo en noviembre de 2008, mientras que el entonces monarca, Juan Carlos I, lo hizo en febrero de 2012.
La primera visita que hace Felipe VI a las tropas en el exterior desde su proclamación es precisamente a la operación en la que se ha producido la última baja entre los militares españoles que prestan servicio en las doce misiones internacionales abiertas actualmente.
El pasado 28 de enero, el cabo Soria Toledo, de 36 años, perdió la vida en el curso de un ataque de Israel con granadas y proyectiles contra posiciones de Hezbolá. El militar se encontraba en una torre de vigilancia de la misión de la ONU situada en la denominada Línea Azul, la demarcación entre los dos países que estableció Naciones Unidas en el año 2000.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acordaron investigar conjuntamente las circunstancias que rodearon la muerte del cabo, para lo cual el Mando de Operaciones designó a dos oficiales del Regimiento de Artillería de Campaña 11, con sede en Burgos, para que viajasen a Israel y se integrasen en la comisión de investigación de su Ejército.
CONDENA DE NACIONES UNIDAS
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, confirmó un mes después del fallecimiento del militar español que éste perdió la vida por fuego israelí, condenó el ataque y aseguró que las coordenadas de la posición donde se encontraba el cabo Soria son "totalmente conocidas" por la Fuera Aérea hebrea.
La de Líbano es la tercera misión en la que participan militares españoles, por detrás de Afganistán y Bosnia, que se ha cobrado más vidas desde que nuestro país comenzó a integrarse en este tipo de operaciones a finales de los años ochenta. En total, 13 efectivos han muerto desde que en 2006 el Gobierno autorizó el despliegue en territorio libanés.
El suceso más trágico para el contingente español ocurrió el 24 de junio de 2007, cuando seis militares perdieron la vida al explotar una bomba contra el blindado en el que viajaban en Sahel al Derdara, en el curso de una misión rutinaria. El resto de bajas se han producido por accidente de tráfico o por infarto.
IMPEDIR OTRA GUERRA
La misión de la FINUL es impedir un recrudecimiento de las hostilidades entre Israel y milicias como Hezbolá que devenga en otra guerra como la que tuvo lugar en 2006, contribuir a garantizar el acceso humanitario a la población civil así como facilitar al Gobierno libanés el dominio total de la zona sur del país, controlada por Hezbolá.
La situación general en Líbano es considerada por el Gobierno como de "calma tensa", ya que continúa marcada por las "tensiones sectarias" y en los últimos años por la "influencia de la crisis de Siria".
Desde que comenzó la misión para España, en septiembre de 2006, han pasado por territorio libanés más de 20.000 militares, tanto del Ejército de Tierra como de la Armada. Actualmente el contingente está compuesto por unos 580 efectivos.
En su misión en Líbano, las tropas españolas realizan diariamente patrullas a pie y en vehículo, establecen puntos de control y monitorizan permanentemente la situación en la Línea Azul, situándose en puntos de observación, actividades que llevan a cabo tanto solos como en colaboración con las Fuerzas Armadas libanesas. Todo ello con el objetivo de disuadir a las partes para evitar un nuevo conflicto.
Pero además, los militares españoles llevan a cabo otras actividades que, según explica el Ministerio de Defensa, no están directamente relacionadas con el cumplimiento de las resoluciones de la ONU pero sí "contribuyen al desarrollo de la zona, su estabilidad y progreso".
Así, destacan iniciativas de apoyo a la población como el 'programa Cervantes' de enseñanza del español o consultas veterinarias para el ganado de la zona, así como las labores de desminado, tanto de zonas que previamente habían sido bombardeadas con bombas de racimo como de la Línea Azul para posibilitar su posterior marcaje y tratar de evitar incidentes.
