La Fiscalía pide 21 años de cárcel para un militar en la reserva por violar y abusar de dos menores en Barcelona

Actualizado: martes, 9 mayo 2006 21:11

BARCELONA, 9 May. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal solicita 21 años de cárcel para un capitán del Ejército en la reserva que presuntamente violó y abusó de una menor de siete años que tenía a su cargo y de una amiga de colegio de ésta en su domicilio de Barcelona, entre los años 2002 y 2004. El procesado, de 69 años, reconoció en su día que había abusado de unos doce menores, entre ellos tres de sus hijos y dos sobrinas, y reclamó hoy a la juez que le internen en un psiquiátrico para tratar la pedofilia que padece.

Los hechos se remontan a mediados de 2002, cuando la madre de la menor, de origen colombiano, se vio obligada a regresar a su país para trabajar y poder sacar a su familia adelante y decidió dejar a su hija a cargo del procesado, al que conocía porque su hermana y una sobrina habían estado conviviendo con él durante unos meses.

La menor, L.M.G.E. que en el momento de los hechos tenía 7 años, estuvo conviviendo con el acusado, Emilio M.G., en su domicilio de Barcelona hasta septiembre de 2003, fecha en que su madre regresó de Colombia. No obstante, ambas decidieron quedarse con el procesado hasta mediados de 2004, para que la mujer pudiese estabilizar su situación personal y económica.

Durante el juicio celebrado hoy en la Audiencia de Barcelona, la mujer explicó que su intención era regresar antes a Barcelona, pero señaló que cuando estaba en su país se quedó embarazada y enfermó de cáncer, lo que la obligó a permanecer allí.

Según explicó hoy la víctima, que ahora cuenta con 11 años, el acusado solía enseñarle fotografías de contenido pornográfico procedentes de revistas y páginas de Internet y, en varias ocasiones, la desnudó para tocarle los genitales y los pechos. La menor aseguró que el procesado también se desnudaba y se masturbaba en su presencia y afirmó que una vez la forzó a realizarle una felación.

"Todo empezó con las cosquillas", señaló la menor. "No me dejaba bajar al parque hasta que lo hiciese y una vez nos amenazó diciendo que nos llevaría a un centro de menores", añadió. La víctima explicó que, en un principio, el trato con el procesado "era agradable". "Sentía agradecimiento porque mi madre estaba en Colombia, yo estaba sola, y él me daba de comer", relató.

Según la menor, cuando ocurrieron los hechos ella "no entendía lo que pasaba", ya que sólo tenía 7 años. "Luego, con 9 años, empezamos a estudiar el sistema sexual en el colegio y me di cuenta de todo", señaló. "Cuando mi madre me llevó al psicólogo empecé a ver la realidad tal y como era y me di cuenta de que yo no tenía la culpa de nada", añadió.

La víctima visitó al procesado en la cárcel hasta en tres ocasiones, acompañada por su madre, para pedirle explicaciones sobre lo ocurrido. "Yo no hice nada malo para que él me hiciese eso. Si él me lo hizo, que lo pague, como si se pasa toda la vida en la cárcel. Ya no quiero encubrirle más", señaló entre sollozos al final de su declaración.

El acusado, no obstante, no se conformó con abusar de la pequeña y decidió aprovechar dos de las visitas que una compañera de colegio hizo a la menor para satisfacer sus deseos sexuales. La pequeña acudió al domicilio para jugar con su amiga y hacer con ella los deberes y, sin embargo, acabó viendo las fotografías de contenido pornográfico que presuntamente le enseñó el procesado.

Según explicó esta otra menor durante el juicio, Emilio M.G. les pidió que se desnudasen y les aseguró que "no iba a pasar nada". La víctima, L.D.R., aseguró que el acusado también se desnudó y que le tocó los genitales y los pechos, haciendo lo mismo con su compañera.

"No le dije nada a mi madre porque él nos amenazó con llevarnos a un centro de menores", explicó la niña, que ahora cuenta con 12 años. "Además, L. me dijo que él tenía un arma en casa porque había sido militar y tenía miedo de que nos hiciese algo", señaló.

"TENGO UNA PIEZA QUE ME FALLA".

El acusado, por su parte, reconoció que "jugaba" con las niñas y admitió haberlas tocado en alguna ocasión, aunque aseguró que siempre se metía en el cuarto de baño para masturbarse.

El procesado asumió durante su declaración que padece pedofilia y reclamó a la juez que le internen en un centro psiquiátrico donde puedan tratarse dicho trastorno. "Tengo una pieza que me falla en la cabeza", señaló. "Cuando viene una menor a mi casa se me descoloca una pieza y el deseo se me despierta", añadió.

El acusado aseguró que nunca ha ido a la calle "a buscar menores" y pidió ayuda para "ajustar la pieza" que le falla. Emilio M.G. reconoció haber tocado a las menores, pero negó haberles enseñado fotografías de contenido sexual, haberse desnudado y masturbado ante ellas y haber obligado a L.M.G.E. a realizarle una felación.

Por otra parte, el procesado reconoció haber abusado de uno de sus hijos cuando era menor. Éste también declaró durante el juicio y aseguró que su padre hizo con él lo mismo que con estas dos menores.

Durante el turno de última palabra, el acusado pidió perdón a las familias de las menores, aunque señaló que considera que ha habido una "confabulación" contra él. "La familia de L.M.G.E. me dijo que me había perdonado y, sin embargo, hoy todos se ponen en mi contra", explicó. "Yo conozco a la niña mejor que su madre y todo lo que ha declarado ha sido preparado", añadió.

El acusado pidió que le internen en un centro psiquiátrico, ya que "en la prisión hay internos que se pasan años sin recibir tratamiento". "Sólo pido que no echen en saco roto mis continúas peticiones de recibir tratamiento psicológico", solicitó.

SABE LO QUE HACE, SEGÚN LOS PSIQUIATRAS.

Durante el juicio celebrado hoy también declararon las psicólogas que examinaron a las menores, que aseguraron que las niñas no son "fabuladoras" y que ninguna de las dos es "sugestionable", es decir, que no vieron signos de que hubieran recibido presión externa para declarar en falso.

Los psiquiatras que examinaron la salud mental del acusado, por su parte, explicaron que éste padece un trastorno de la orientación sexual o pedofilia, aunque aseguraron que tiene sus capacidades mentales "perfectamente conservadas". "Él sabe lo que hace y que está mal, pero lo hace", apuntaron.

El Ministerio Fiscal solicita 21 años de prisión para Emilio M.G. por un delito continuado de provocación sexual, otro de exhibicionismo sexual, tres de abuso sexual y un delito continuado de abusos sexuales. Además, reclama una indemnización de 120.000 euros para la menor L.M.G.E. y otra de 30.000 para L.D.R. por los daños personales y morales que les causó el procesado.

La acusación particular que representa a L.M.G.E. pide 15 años de cárcel para el acusado por estos hechos y coincide con el Ministerio Fiscal en lo que respecta a la indemnización. La acusación particular que representa a L.D.R. pide ocho años de prisión para Emilio M.G. y reclama una indemnización de 60.000 euros.

La defensa, por su parte, pide la absolución de su cliente y, en caso de que el Tribunal considere probado que obligó a L.M.G.E. a realizarle una felación, solicita que se le condene a la pena mínima por un delito de abuso sexual, es decir, seis años de cárcel.