La Fiscalía pide al TS que absuelva al mayor de los 'Miguelones' y condene al menor por matar a tiros a un 'Monchín'

Actualizado: jueves, 25 octubre 2007 19:47

VALLADOLID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía del Tribunal Supremo pidió hoy a la Sala de lo Penal que confirme la sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid en la que absolvió a Manuel J.G. y condenó a una pena de 23 de años de cárcel a su hermano pequeño Miguel, ambos pertenecientes a la familia de los 'Miguelones', por el tiroteo en Valladolid en el que falleció un integrante del denominado clan de los 'Monchines'.

El enfrentamiento a disparos entre las dos familias, de etnia gitana, se produjo el 15 de junio de 2004 en la confluencia de las calles Faisán con Pavo Real, en el vallisoletano barrio de Pajarillos. En la refriega murió un integrante del clan de los 'Monchines', Manuel R.M., mientras que resultaron heridas otras cuatro personas, tres de ellas pertenecientes a esta última familia.

La petición del Ministerio Público se produjo durante una vista celebrada hoy en el alto tribunal en la que se analizaron los recursos presentados por la acusación particular, que reclamó que se condene también a Manuel por la falta de razonamiento de su absolución, y por la defensa, que solicitó para su hermano Miguel la aplicación de la eximente completa de legítima defensa, lo que conllevaría su libre absolución.

UN HOMICIDIO Y TRES TENTATIVAS

Miguel J.G., conocido como 'Pitu', fue condenado en noviembre de 2006 a un total de 23 años de prisión como autor de un delito de homicidio y otros tres delitos de tentativa de homicidio, junto con un delito de tenencia ilícita de armas y una falta de lesiones. En todos los casos se le aplicó la circunstancia atenuante de confesión de los hechos.

Además, en concepto de indemnizaciones, se le condenó a desembolsar un total de 408.674 euros, de los cuales 100.000 eran para la viuda del único fallecido, Manuel R.M., y 36.000 para cada uno de los cuatro hijos de ésta. Para las cuatro personas que resultaron heridas a causa del tiroteo, Raúl R.L. ('Peluco'), Diego L.R. ('Chapuzas'), Salvador R.C. ('Caín') y Alonso B.A., el tribunal acordó indemnizaciones de 83.750, 49.795, 8.190 y 800 euros, respectivamente.

En el caso del 'Miguelón' absuelto, que llegó a permanecer preso por esta causa durante 30 meses, la Audiencia de Valladolid fundamentó su decisión en la falta de pruebas irrefutables de que participara en el tiroteo entre ambos clanes de etnia gitana, pese a que los 'Monchines' heridos le situaran en el escenario de los hechos.

En este caso, las graves contradicciones en que incurrieron las víctimas, que incluso incluyeron entre los participantes al padre de ambos hermanos y a varios tíos, pesó en contra de las tesis defendidas por las acusaciones.

CASADO CON UNA 'MONCHINA'

Respecto de cómo ocurrieron los hechos, el tribunal consideró probado que sobre las 14.40 horas del día de autos, Miguel J.G., quien por aquellas fechas se encontraba separado de su esposa Aroa R.C., integrante de los 'Monchines', se acercó a recoger su vehículo en la calle La Salud tras cerrar su puesto en el mercadillo. Una vez allí se encontró con familiares de ésta, que le salieron al paso y recriminaron ya que tenía prohibido pasar por allí.

La Sala considera "desafortunado" el comportamiento de 'Pitu' de rondar la zona ya que allí se hallaba la casa de su todavía esposa y familiares de ésta, de ahí que el condenado portara dos pistolas cargadas con cartuchos en previsión de que pudiera producirse una riña o "quimera" con los 'Monchines'.

El cruce de palabras concluyó cuando el condenado, siempre según la sentencia, disparó sus armas contra sus oponentes, si bien la Sala sostiene que tiró "a los bultos, sin precisión de ningún tipo, pero aceptando que con sus disparos se pudiera producir la muerte o las lesiones graves de algunos de los individuos a los que disparaba, como así sucedió".

El modo en que se produjo la refriega descarta la existencia de alevosía y, por tanto, impide que los hechos puedan ser calificados de asesinato y tentativas de asesinato, contrariamente a lo mantenido por la acusación particular, al tiempo que recuerda que los 'Monchines' tiroteados sabían que la presencia del condenado podía significar la existencia de una riña, "circunstancias que en todo caso excluyen la sorpresa, habiendo podido reaccionar defensivamente, lo que no hicieron", pese a que incluso algún testigo reconociera que estos últimos portaban también algún arma.