LOGROÑO, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
El director general de Política Territorial, Luis García del Valle, informó hoy de la elaboración de un mapa de compatibilidad minero-ambiental que determina la idoneidad entre la actividad minera en La Rioja y su impacto en el medio ambiente. Pretende establecer que "territorios son susceptibles de albergar usos mineros".
En una comparecencia, García del Valle, señaló que este instrumento constituye la parte "más importante" de las futuras Directrices de Ordenación Minera, que posibilitarán el aprovechamiento ordenado y eficiente de los recursos mineras riojanos.
La normativa, que será tramitada como directrices de actuación territorial, incluirá los modelos de explotación y restauración de las explotaciones y el preceptivo informe de sostenibilidad ambiental. Sus objetivos son "la ordenación de los recursos susceptibles de explotación minera, la optimización del aprovechamiento de los recursos minerales y la reducción de las afecciones sobre el medio ambiente", según indicó el director general.
García del Valle afirmó que el Gobierno de La Rioja ha optado por dotarse de este mapa de compatibilidad minero-ambiental para "contribuir al desarrollo del sector y a la preservación del medio ambiente". En él se determina qué lugares son susceptibles de acoger explotaciones mineras y bajo "qué condiciones debe llevarse a cabo la explotación".
De esta forma, establece unas reglas "claras" que tanto la Administración como los diferentes agentes implicados se comprometen a respetar, proporcionando seguridad jurídica a un sector que incluye actualmente 65 empresas en La Rioja y que ocupa a 564 trabajadores.
El mapa se ha elaborado a partir del análisis de las zonas extractivas, recursos naturales, medio físico e integración territorial del sector minero que dio lugar a un primer plano de aptitud física-socioeconómica.
En una segunda fase se ha tenido en cuenta la incidencia de las explotaciones mineras existentes y cruzando esta información con la anterior surgió el mapa de capacidad de acogida. Finalmente sobre este último se han superpuesto los yacimientos potenciales y el mapa de restricciones de uso por instrumentos territoriales, de forma que se ha conseguido el mapa de compatibilidad minero-ambiental.
TRES ZONAS
El plano zonifica el territorio de La Rioja para cada sector de actividad y lo divide en tres categorías, la primera las zonas no compatibles para el desarrollo de la actividad minera; la segunda unas zonas compatibles para el desarrollo de la actividad minera, en la que se diferencian cinco categorías en función de la idoneidad para el desarrollo de la actividad, que van desde muy alta aptitud a muy baja; y una tercera con zonas compatibles con restricciones ambientales.
Esta representación gráfica permite determinar que todas las zonas de valle presentan un nivel de compatibilidad para la actividad minera muy alto, especialmente para el sector de áridos y gravas. Las áreas de incompatibilidad minera coinciden casi en su totalidad con las zonas de alto valor ambiental y existe un elevado grado de compatibilidad entre las instalaciones existentes y la zonificación planteada.
La elaboración de este instrumento, afirmó García del Valle, constituye un "nuevo paso en la apuesta del Gobierno de La Rioja por el desarrollo sostenible", ya que, aunque la superficie afectada por las explotaciones mineras supone sólo el 0,34 por ciento del territorio riojano, con 1.704 hectáreas afectadas, la actividad tiene una importante incidencia en el medio ambiente y en el paisaje.
Además, "contribuirá a satisfacer las demandas de la población riojana referentes a que la actividad produzca la mínima afección ambiental, se restaure y rehabilite el paisaje tras la finalización de la actividad y se compagine la competitividad empresarial con la máxima seguridad de los trabajadores".
SECTOR EN LA RIOJA
En La Rioja trabajan actualmente 65 empresas mineras, 37 de ellas de gravas y arenas, 10 de arcillas, 7 de calizas y 7 de yesos, entre otras. La producción total ascendió en 2008 a 7,2 millones de toneladas frente a los 6,3 millones de 2007, con 2,9 millones de toneladas producidas de gravas y arenas, 1,8 millones de calizas y 1 millón de ofitas, entre otras.
El sector mueve en la región una cifra de negocio cercano a los 400 millones de euros y da empleo a 564 personas. Reseñó que desde el 2003 "ha ido creciendo", ya que si ese año hubo 73 expedientes, el año pasado se incrementó hasta los 108.