VITORIA, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno vasco considera que el programa de encuentros entre víctimas y presos de ETA arrepentidos que desarrolló el año pasado demuestra que "es posible brindar satisfacciones" a los damnificados del terrorismo "por caminos diferentes al castigo del culpable", así como que "la derrota del terrorismo no debe suponer necesariamente la derrota de las personas".
Esta reflexión aparece recogida en la evaluación del Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia (2010-2011) que ha realizado el Ejecutivo autonómico, que sido dada a conocer este martes.
Este programa se puso en marcha con el objetivo de lograr "un cambio de actitudes" en la población y para promover "la tolerancia, el pluralismo político y los derechos humanos", con el foco de las actuaciones situado sobre "la deslegitimación de la violencia terrorista".
El plan, al que el Gobierno vasco ha destinado alrededor de seis millones de euros y las diputaciones forales, más de un millón, incluía diversos campos de actuación.
Una de las iniciativas más polémicas, y que no se contemplaba en las medidas previstas inicialmente, fue el programa de reuniones entre algunos de los presos de ETA recluidos en la prisión alavesa de Zaballa y que se han desmarcado de la banda, y víctimas de la organización terrorista.
Estos encuentros, desarrollados con un formato diferente al de los que el Ejecutivo central ha impulsado este año, se celebraron en 2011. Según la documentación aportada por el Gobierno autonómico, se celebraron doce reuniones de este tipo.
Los encuentros se organizaron por la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco en colaboración con la Dirección Genera de Instituciones Penitenciarias.
En la evaluación del Plan de Convivencia se indica que estas reuniones permitieron constatar "que es posible brindar satisfacciones a las víctimas por caminos diferentes al castigo del culpable" y que "la derrota del terrorismo no debe suponer necesariamente la derrota de las personas".
"SINCERIDAD"
En el texto se añade que la "sinceridad" de los presos que participaron en la iniciativa "se evidenció a partir de la premisa de no obtención de beneficio penitenciario alguno por tomar parte en los encuentros".
Además, se subraya que "el reconocimiento del daño y la asunción de responsabilidad por el mismo fue la piedra angular del programa y supone la concreción del objetivo reinsertador que la Constitución atribuye de manera principal a la pena privativa de libertad".
El Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia incluía otras actuaciones relevantes, como la presencia de víctimas en centros educativos para ofrecer su testimonio.
RESULTADOS
Desde una perspectiva global sobre el plan, el Gobierno vasco destaca en su evaluación que se ha ejecutado un 96 por ciento del gasto presupuestado. En este documento se reconoce la dificultad de evaluar el impacto real del programa.
No obstante, se indica que "se observan actitudes públicas de mayor consenso que las que se encontraban hace dos años y medio en cuanto al papel de las víctimas como educadores y la deslegitimación del uso de la violencia como condición previa para la convivencia".