El informático de Iron se reivindica como víctima de Villarejo por el acceso a sus datos personales:"Nos quedamos locos"

Archivo - El comisario jubilado José Manuel Villarejo a su llegada a una nueva sesión del juicio por la operación Tándem en la Audiencia Nacional
Archivo - El comisario jubilado José Manuel Villarejo a su llegada a una nueva sesión del juicio por la operación Tándem en la Audiencia Nacional - Cézaro De Luca - Europa Press - Archivo
Publicado: jueves, 24 marzo 2022 15:30

Asegura que cambió de empresa por salud mental y niega que se llevara consigo un listado de clientes

MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

El informático de un despacho especializado en propiedad industrial que se cambió a otro nuevo formado por antiguos socios del primero ha reivindicado este jueves, durante el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por los negocios privados de José Manuel Villarejo, que ha sido uno de los perjudicados porque sus datos personales, supuestamente recabados por las empresas del comisario, incluida información bancaria, han estado "deambulando por ahí".

Mario Capitán ha comparecido en calidad de testigo por ser uno de los eslabones clave de 'Iron', la pieza separada del 'caso Villarejo' donde ahora se juzga si el grupo empresarial del comisario, CENYT, investigó al nuevo bufete, Balder, y a sus miembros --incluido el informático-- por encargo del primero, Herrero&Asociados, al sospechar este último que les habían robado la base de datos con el listado de clientes.

Durante la sesión, se le han exhibido una serie de documentos que obraban en manos de CENYT donde figura información personal suya que ha calificado de "correctísima", si bien ha matizado que algunos datos podían haberlos obtenido fácilmente, como su número de teléfono o la moto con la que circulaba, porque estaban en poder de Herrero&Asociados, pero otros no.

En este segundo bloque ha incluido actas notariales que reflejan las vicisitudes del proceso que su mujer y él siguieron para construirse una casa en un terreno que tenían en su pueblo y cuentas, movimientos y productos bancarios.

La información bancaria de Capitán y su mujer estaba recogida, en concreto, en una serie de correos electrónicos enviados por el inspector Constancio Riaño al ex policía y colaborador externo de CENYT, Antonio Bonilla, y reenviados por este último a Rafael Redondo, el socio de Villarejo, todos juzgados en esta vista oral.

Según ha contado, el matrimonio fue consciente de que estos datos habían trascendido su esfera privada cuando la Policía les llamó a declarar. Después vieron esos 'emails' publicados en prensa. "Nos quedamos locos", ha resumido.

Por ello, ha manifestado que considera que es uno de los perjudicados por 'Iron', explicando que si no llegó a denunciar o a acudir a este juicio como tal es porque entendió que con sus declaraciones policiales era suficiente y que la Fiscalía Anticorrupción se encargaría de perseguir estos presuntos delitos.

"¿A usted le parece bien que una persona de la calle su información personal esté deambulando por ahí? Porque yo no soy una persona pública ni soy una persona conocida y están mis datos deambulando", ha espetado, al ser increpado por una defensa a este respecto.

"ME SENTÍ EN UNA NOVELA"

Por otro lado, ha vuelto a negar la imputación que se le hizo, durante un proceso propiciado por una denuncia de Herrero&Asociados contra Balder que acabó archivado en un juzgado madrileño, según la cual se habría ido de un despacho a otro llevándose la base de datos del primero como billete de entrada en el segundo.

"Eso es mentira", ha afirmado. "Todo lo que se contaba (...) parecía una novela. Yo lo sentí como una novela", ha apostillado, en alusión al relato de hechos que hacía la denuncia de su antiguo empleador.

Capitán ha aclarado que siempre tenía en casa una copia de la base de datos de Herrero&Asociados, que incluía la relación de clientes, porque por razones de seguridad, después del incendio en la Torre Windsor de Madrid, así se lo pidieron expresamente los responsables del bufete.

Sin embargo, ha subrayado que, cuando se marchó de la empresa, devolvió al entonces director general, Andrés Medina, la copia de seguridad que se llevaba a casa, primero con una frecuencia semanal y luego diaria.

Capitán ha indicado que la verdadera razón por la que abandonó Herrero&Asociados fue porque su situación allí hacía tiempo que "no era buena". "Psicológicamente no estaba bien", ha confesado.

De acuerdo con su relato, "era un estrés diario". Su mala relación con uno de los socios hacía que cada que vez que le llamaba "temblara". Apenas dormía y su salud física y mental empezaba a resentirse. Era una "pesadilla" de la que quería escapar, ha ilustrado.

Cuando Medina asumió el cargo de director general pensó que la cosas podían mejorar, pero no fue así porque le pareció una "marioneta" de los "socios antiguos". En consecuencia, en junio de 2012 dejó su compañía y trabajó como autónomo para otras y Balder hasta que ésta le fichó en julio de 2013.

En este punto, ha querido dejar claro que no transmitió a Herrero&Asociados que se iba para montar una churrería en su pueblo, tal y como han declarado en el juicio los responsables de este bufete, sino que al despedirse de sus compañeros, con los que se llevaba bien, bromeó con la idea. "Me dijeron: 'Oye, Mario, ¿qué vas a hacer ahora?'. (...) Les dije: 'Hemos valorado hasta montar una churrería en el pueblo'. Y se empezaron a reír", ha recordado.

"CHISTES" POR APARECER ASOCIADO A VILLAREJO

Este jueves también ha comparecido Magnus Lars Stiebe, uno de los socios de Herrero&Asociados que fundó Balder, para confirmar, como ya hicieran sus colegas en la sesión anterior, que CENYT manejó datos de clientes, proveedores, trabajadores y personales --DNI, teléfonos e información bancaria-- que no eran de acceso público.

Además, ha hecho hincapié en que su partida fue "pactada" y que hubo una relación inicial de cortesía entre ambas compañías, aunque acabó truncándose por episodios de seguimientos y vigilancias que obligaron a hacer un barrido en la sala de juntas de Balder.

Asimismo, ha negado tajantemente que obtuvieran una copia de la base de datos de Herreo&Asociados. En este sentido, Stiebe ha comentado con ironía que tuvieron "muchísima ayuda" de su antigua empresa porque Medina envió una carta a sus clientes para tranquilizarlos por la marcha de algunos socios y "muchos" reaccionaron cambiándose a Balder.

"Me he sentido perjudicado en muchos aspectos", ha planteado. En primer lugar, ha precisado que le ha afectado "salir en la prensa asociado a Villarejo", porque para sus clientes "es muy importante que tenga la apariencia de una persona honesta", y porque sus amigos le hacen "chistes" por figurar en Internet junto a "un señor con carpetilla y mascarilla". "Es desagradable", ha recalcado. Y, además, "hemos tenido que gastar un montón de pasta en defensa jurídica", ha anudado.

Por su parte, José Antonio Hernández, ex director general de Herrero&Asociados que precedió a Medina, ha acusado a los fundadores de Balder de incumplir los estatutos del primer despacho, que según él les exigían "exclusividad" y "no trabajar para la competencia", al tiempo que ha resaltado que el conflicto propiciado con su marcha y el nacimiento del nuevo bufete fue "enorme". "Herrero temió por su supervivencia y temió con razón", ha defendido con su testimonio.

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