Varios presos reafirman que sufrieron malos tratos por parte de los trabajadores
BARCELONA, 14 May. (EUROPA PRESS) -
Un jefe de centro de Quatre Camins ha declarado este martes que no tenía muy claro quién daba las órdenes en el centro después del motín, pero que había "anarquía" para realizar los traslados, en el juicio que se está celebrando en la Audiencia de Barcelona contra ocho funcionarios que supuestamente represaliaron a más de 50 presos tras los incidentes del 30 de abril de 2004.
"Aquello era anarquía. Se tendrían que haber formado grupos, con sus equipos", y ha explicado que había un listado con los presos que se debían trasladar, y que un jefe de servicio le dijo a él que se encargara de cuatro presos, sin saber nada más ni haberse organizado con nadie.
Según ha detallado el mismo jefe de centro de esta prisión de La Roca del Vallès (Barcelona), había tensión y nerviosismo entre presos y funcionarios en el centro de la cárcel --el llamado 'pirulí'--, pero que "allí no hubo nada, ni se pegó a nadie", y que no vio a ningún funcionario que maltratara verbal o físicamente a los presos.
El que era subdirector de tratamiento de Quatre Camins lo ha contradicho y ha declarado que no hubo descontrol en la cárcel, aunque sí más de cien funcionarios en el 'pirulí' --algunos fuera de servicio y otros ajenos al centro-- convencidos de que el subdirector había muerto por las agresiones de los presos y muy afectados por la situación: "Había gente llorando por los rincones. La gente estaba muy mal. El sentimiento era de impotencia y tenían los ánimos decaídos".
Asimismo, ha explicado que no observó agresividad alguna hacia los reclusos, pero que al final de la noche algunos funcionarios adoptaron una actitud más "reivindicativa".
Dos funcionarios del departamento de ingresos de la cárcel han negado el uso de cualquier tipo de medio coercitivo a excepción de las esposas, y han indicado que los internos llegaron "muy agresivos y dando golpes, patadas y mordiscos".
DIFICULTADES PARA IDENTIFICAR
Seis expresos de Quatre Camins también han declarado ante la juez este martes y han asegurado que recibieron malos tratos por parte de funcionarios del centro, aunque han tenido dificultades para identificar a los acusados que se sientan en el banquillo.
"No los conozco porque en el pasillo me tapé la cara para que no me dieran", ha lamentado el primero en declarar, y ha detallado que los presos iban pasando por medio de los funcionarios y que cada uno iba haciendo lo que le daba la gana con porras, barras, manos y pies.
Algunos presos han coincidido al declarar que los dejaron en calzoncillos cuando llegaron al departamento de ingresos, y que no tuvieron más ropa que ésta hasta llegar a sus respectivos centros, lo que los funcionarios han negado.
"Alguien le dijo que no me pegaran más que sangraba a chorro", ha declarado otro de los presos, que ha explicado que en la enfermería tuvieron que pararle la hemorragia y ponerle cinco grapas.