Mercenarios con formación militar quisieron captar al encargado de la Embajada norcoreana y recabar información nuclear

España.- Un grupo disidente norcoreano reivindica el asalto a la Embajada en Mad
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 27 marzo 2019 16:25

La Policía recuperó las imágenes de las cámaras de seguridad del asalto liderado por Adrian Hong, que se fotografió y dejó evidencias falsas

MADRID, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los investigadores al frente de la 'operación Nollan' relacionan con mercenarios con formación militar al grupo de diez personas que asaltó el pasado 22 de febrero la Embajada de Corea del Norte en Madrid, según informan a Europa Press fuentes policiales. El grupo liderado por Adrian Hong Chang, ciudadano mexicano con residencia en EEUU, buscaba captar al responsable de negocios, a quien ofreció un traslado a un país seguro, y hacerse con información sensible posiblemente relacionada con el programa nuclear.

El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata levantó ayer el secreto de las actuaciones y relacionó en un auto este asalto con un grupo de diez personas "identificados como miembros de una asociación o movimiento de derechos humanos para la liberación de Corea del Norte". El magistrado identificó a Adrián Hong Chang como el cabecilla del grupo de diez asaltantes que abandonó España tras incautarse de ordenadores y material informático de la Embajada.

Adrian Hong fue cofundador de Liberty in North Korea cuando era un estudiante universitario, pero no ha tenido relación con la organización desde hace más de diez años, según una declaración de la CEO de la organización, Hannah Song, enviada por correo electrónico a Europa Press. La organización añade que no tiene ninguna información del incidente en Madrid, más allá de lo publicado por los medios.

UNO DE LOS INCIDENTE MÁS GRAVE EN EUROPA

El juez De la Mata libró orden de detención internacional contra Adrian Hong Chang y también sobre el ciudadano estadounidense Sam Ryu. Les imputa --junto con el ciudadano de Corea del Sur Woo Ran Lee-- la comisión de los delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo. "Penetraron en el recinto portando machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas y comenzaron a golpear violentamente a sus ocupantes", explicó en el auto.

El juez De la Mata relata en su auto que el grupo escapó a través de Portugal y que Adrian Hong Chang contactó cinco días después del asalto con el FBI en Nueva York, donde explicó que realizó aquella acción "bajo su propia voluntad". El grupo disidente norcoreano autodenominado Cheollima Civil Defense (CCD) ha reivindicado a través de un comunicado difundido por Internet el asalto, negando que se tratara de "un ataque" ni que hubiera "otros gobiernos" implicados.

Las citadas fuentes policiales precisan a Europa Press que el FBI le dio traslado el 19 de marzo de la información tras la personación de Hong Chang en sus oficinas. Por entonces, ya estaban identificados los asaltantes y resuelto el incidente diplomático que consideran "más grave de los últimos años en Europa". En la investigación ha participado la Brigada Provincial de Información bajo la dirección del Jefe de la Comisaría General de Información y de la Audiencia Nacional.

VIGILANCIA SOBRE DIPLOMÁTICOS

El asalto se preparó con muchos meses de antelación. Parte del comando se desplazó a Madrid durante al menos cinco días en junio de 2018 y se alojaron a escasos cien metros del edificio diplomático en el barrio de Aravaca. De acuerdo a las citadas fuentes, vigilaron a los diplomáticos y sus movimientos, llegando a tener un conocimiento perfecto del edificio de la Embajada, así como sus medidas de seguridad.

El asalto cobró aún más importancia porque el exembajador de Corea del Norte en Madrid, Kim Hyok Chol, es uno de los hombres fuertes del equipo que lidera las negociaciones nucleares con Estados Unidos. Chol fue expulsado de España en septiembre de 2017 en represalia por los ensayos nucleares.

Tomaron con violencia las instalaciones diplomáticas "en menos de un minuto", creyendo que actuaban con pleno anonimato, ya que arrancaron los discos duros que contenían las grabaciones de las cámaras de seguridad. Estas imágenes consiguieron ser recuperadas gracias a la rápida actuación de la Brigada de Información de Madrid.

Durante cuatro horas, el comando de mercenarios torturó y vejó a varios de las personas que se encontraban en la Embajada, sobre todo al máximo representante diplomático, el encargado de negocios, Yu Sok So. A este ciudadano norcoreano se le llegó a ofrecer un traslado a un país seguro para él y su familia.

EVIDENCIAS FALSAS PARA CONFUNDIR

Para el asalto, el comando se dividió en tres grupos --en la huida a través de Portugal se dividieron en cuatro--, con misiones previamente establecidas y diferenciadas: el primer grupo se encargó de la toma como rehén de Yu Sok So y al resto de personal que estaba en el interior de edificio; el segundo grupo, "empleando extrema violencia", atacó, neutralizó y posteriormente introdujo en edificio a tres trabajadores que realizaban labores en el exterior del complejo diplomático.

Por último, un único asaltante permaneció en el exterior de la Embajada en un vehículo. Los investigadores creen que es posible que tuviera guardadas armas de fuego reales para tomar la legación en caso de que el primer plan fallara.

Las fuentes consultadas por Europa Press destacan que el comando actuara de forma idéntica a la utilizada por unidades de operaciones especiales. Siguiendo este plan, dejó a propósito numerosas evidencias falsas para evitar ser identificados y retrasar las labores de identificación.

Los asaltantes marcaron cada habitación registrada con una simbología específica y, a la vez que registraban, destrozaron los múltiples retratos de los presidentes norcoreanos. Además, grabaron varios vídeos por ellos mismos. El cabecilla, Adrian Hong, se realizó diversas fotografías para, según creen los investigadores, dar fe a alguien de que se había tomado de forma violenta la Embajada.