Actualizado 26/06/2014 15:15

Grefa y Fundación Banco Santander colaboran en un proyecto de lucha contra los topillos con cernícalos y otras rapaces

NAVA DEL REY (VALLADOLID), 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un total de 16 silos de cereal, la mayoría en desuso, se han convertido en el albergue de más de 500 nidos para cernícalo primilla, cernícalo común, búho real y otras especies de aves rapaces, con el objetivo de recuperar las poblaciones de estas especies y, además, luchar contra las plagas de topillo común, que afectan a los cultivos de cereal en Castilla y León.

Así, el proyecto 'Corredores biológicos para pequeñas rapaces' es una iniciativa de la asociación Grefa y la Fundación Banco Santander que se desarrolla en el corredor noroeste, más o menos paralelo a la A-6. Se trata de la cuarta actuación para recuperar rapaces que se realiza en Castilla y León después de que ya se haya actuado en Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía.

Durante la presentación del proyecto este jueves en Nava del Rey (Valladolid), el director de la Fundación Santander, Borja Baselga, ha explicado que se ha actuado en 14 silos agrícolas y que aún falta completar las instalaciones de nidales en dos más, porque estas instalaciones "gigantescas" son todo un símbolo cultural del pasado rural y porque son "ideales para que nidifiquen" las especies de rapaces.

En concreto, ha indicado que la fundación lleva diez años recuperando espacios naturales degradados y ayudando en la conservación de especies en peligro de extinción, al tiempo que ha destacado que el proyecto cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla y León y otras administraciones autonómicas, del sector agrario, del mundo académico, lo que le da un "enorme valor" y ha añadido que la colaboración con Grefa en este proyecto comenzó hace casi dos años y ha reclamado a la sociedad que "tome conciencia ecológica".

Mientras, el presidente de GREFA, Ernesto Álvarez, ha manifestado que este proyecto es "el inicio" de otros proyectos pilotos contra el topillo, porque cada cernícalo común puede llegar a ingerir unos 800 topillos durante la época de cría, que dura unos tres meses. Aunque la ingesta en el cernícalo primilla es mucho menor, en torno a 200 unidades de topillos, se trata de un ave, la rapaz más pequeña de España, que está en peligro.

Por su parte, el responsable de plagas de la Junta de Castilla y León, Constantino Caminero, ha manifestado que el proyecto ha despertado un "gran interés" en la Consejería de Agricultura y Ganadería para luchar contra el topillo común que "puede poner en jaque a toda la producción agrícola de la comunidad" y, por ello, se ha incorporado a la estrategia para luchar contra las plagas. De este modo, ha añadido que además, el proyecto es "tremendamente coherente" con este problema y con la búsqueda del equilibrio presa-depredador, al tiempo que contribuye a la recuperación del cernícalo primilla.

Caminero ha admitido que no hay ninguna medida para luchar contra el topillo que sea la "panacea" sino que se debe actuar con un conjunto de acciones y respecto al uso de roenticidas ha dicho que el control biológico se torna en una medida para minimizar los riesgos, aunque "no es la única".

Mientras, el responsable técnico del proyecto y biólogo de Grefa, Manuel Galán, ha precisado que el cernícalo primilla se define por cuatro características principales, rapaz, migradora -pasa el invierno en el África Subsahariana--, está presente en toda España y vive y cría en colonias.

Asimismo, ha apuntado que tanto el primilla, como el cernícalo común están muy ligadas al consumo de insectos, saltamontes, langostas y pequeños mamíferos, como los topillos y que, por eso, está ligada al mundo agrario y a los cultivos de cereal.

Sin embargo, ha dicho que a finales del siglo XX sufrió un declive poblacional, por la pérdida de sustrato de nidificación y los cambios en los usos de suelo. Esta realidad puso a la especie de cernícalo primilla en peligro de extinción y al común, en peligro.

Por eso, el proyecto se centra en recuperar nidos, principalmente y, en este caso se ha acometido dos actuaciones en Ávila, cinco en Salamanca, tres en Valladolid, tres en Zamora y dos en León. "El objetivo es recuperar la biodiversidad en corredores a lo largo de la Península Ibérica mediante la creación de sustrato de nidificación", ha resumido.

De este modo, se liberan pollos criados en cautividad en las instalaciones de GREFA en Majadahonda, --donde nacen más de 300 pollos de cernícalo cada año-- en los nidos artificiales y naturales que ubican en primillares, como uno que han construido en Quijorna (Madrid) o en los citados silos de Castilla y León.

Sobre las ventajas de los silos, Galán ha explicado que la mayoría están en desuso y en zonas de estepas de cereal y, gracias a su acceso es restringido y su gran altura, hace que los pollos y, en general todas las aves que los habitan tengan "pocas molestias".

Por otro lado, el proyecto incluye la instalación de nidos para otras especies de rapaces nocturnas, como el buho real, el mochuelo, el carabo, la lechuza, así como para otras como la golondrina, el murciélago o el avión común.

Finalmente, los responsables de Grefa y de la Fundación Santander, han subrayado que con este proyecto se logra "crear y recuperar biodiversidad" en una zona de especial potencial natural como es Castilla y León y, en definitiva, en el conjunto del país.