Revilla y Palacio destacan su papel "clave" en el devenir de la democracia española
SANTANDER, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y ex jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, reivindicó hoy el valor y la importancia de la "intolerancia" porque "en los tiempos que corremos es preciso y urgente abrir paso a la idea de que no todo vale" y movernos en el ámbito "de la moral y la ética".
Según dijo, así como la tolerancia es un valor importante que fue clave para conseguir la transición política en España, para lograr el consenso y una democracia que hay que "fortalecer cada día", también hay situaciones frente a las cuales "hay que mostrar absoluta intolerancia".
El ex jefe de la Casa Real, que se confesó "admirador" de la tolerancia, consideró que "una de las virtudes humanas es tolerar en los demás lo que uno debe prohibirse a sí mismo", pero también cree que la intolerancia puede ser una "virtud" cuando se practica contra lo que es "intolerable".
En este sentido, Fernández Campo, que pronunció en la sede del Parlamento cántabro una conferencia titulada 'La intolerancia ante lo intolerable', aseguró que en la actualidad atravesamos "momentos inquietantes" y el ambiente "está bastante cargado".
Así, señaló que somos testigos de "conductas censurables" y de "expresiones groseras que se van convirtiendo en normales". Y a su juicio, la clase política no es ajena a esto, ya que los políticos se dedican a recriminarse "aspectos personales para excitar los enfrentamientos" y a "censurar" al contrario, más que a buscar puntos de acuerdo para solucionar cuestiones importantes para España y para los españoles.
Otra de las cuestiones ante las que apuesta por ser intolerantes es el problema de la prevaricación en algunos ayuntamientos, que está "bastante extendido", frente a lo cual abogó por "regenerarse" y recuperar los principios morales y éticos.
"Ahora parece que todo lo que importa es lo material, el dinero", lamentó Fernández Campos, quien abogó por "reforzar" los valores a través de la educación --en colaboración con la familia-- y también con la religión, en el caso de los creyentes. Igualmente, cree que los gobiernos deben dar ejemplo y "sancionar cuando es necesario que se pague la pena correspondiente al mal que se ha hecho".
REFERENCIA DE LA HISTORIA DE ESPAÑA
Durante su intervención en la sede del Legislativo cántabro Sabino Fernández Campo estuvo acompañado por el presidente de la Cámara, Miguel Ángel Palacio, y por el jefe del Ejecutivo regional, Miguel Ángel Revilla, con los que se reunió y conversó momentos antes del acto.
En sus palabras de bienvenida, justo antes de dar paso a la conferencia, Palacio elogió la figura de Fernández Campo, al que considera "una referencia de los últimos años de la historia de España, de la España más hermosa, que gestó y desarrolló la Constitución" y que ha dado lugar al estado de las autonomías en el que "todos tenemos posibilidades de desarrollo, de conocimiento y de progreso".
"UN ESPAÑOL CON MAYÚSCULAS"
También Revilla tuvo palabras afectuosas hacia el ex jefe de la Casa Real, al que se refirió como "la sombra del Rey", el "hombre del Rey", por encima de cualquier otra persona que haya estado o esté al servicio del Monarca.
En su opinión, es "un hombre de Estado, guardián de la Monarquía y de la Democracia", una persona "discreta y cabal", "el hombre de la palabra justa en el momento justo". Más aún, recalcó que es "un español con mayúsculas", en un momento en el que ser español y sentirse orgulloso de este país "denostado por algunos" es "un valor cada día más en alza".
Subrayó además su papel "clave" en la historia de la democracia. Y es que, según Revilla, se presencia junto al Rey la noche del 23-F fue "clave para el devenir" de nuestra democracia. "Ahí queda clara la clarividencia de Sabino Fernández Campo, protector del Rey y figura entrañable al que todos los españoles debemos mucho", sentenció.
Fernández Campo recogió agradecido las palabras y elogios de Revilla pero subrayó que la noche del 23-F "todo el mérito" fue del Rey don Juan Carlos y él tuvo el "honor" de presenciarlo en primera persona.
