MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo ha inadmitido un recurso de revisión de condena interpuesto por el ex militar argentino Alfonso Scilingo contra la resolución del propio alto tribunal dictada el 17 de julio de 2007, que le impusó una pena 1.084 años de cárcel por crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura argentina (1976-1983). Scilingo solicitaba la revisión alegando que abogados de IU, que ejercían la acusación, le engañaron con pagos y regalos para que se autoinculpara ante el juez.
"Lo alegado carece del básico carácter de evidencia y de novedad que exige el excepcional recurso de revisión y, por supuesto, nada se desprende del escrito que pudiera evidenciar la inocencia del condenado", dice el auto del Tribunal Supremo hecho público hoy pero fechado en febrero en el que se explica que "los argumentos contenidos en el escrito de Adolfo Scilingo no tienen encaje en esta vía procesal".
El alto tribunal avala la posición defendida por la Fiscalía y considera que "este recurso extraordinario está habilitado para la aparición de nuevos elementos de prueba o nuevos hechos posteriores a la sentencia y que por tanto, no hubieran podido tenerse en cuenta en el proceso, que pongan de manifiesto la inocencia del condenado".
En ese sentido matiza que "en el presente caso, falta ese carácter de novedad, no siendo ahora procedente entrar nuevamente a valorar las pruebas practicadas en el juicio oral, por si arrojan un resultado más favorable".
"La conclusión ineludible es que lo intentado no es un verdadero recurso de revisión, sino la apertura de otra fase procesal para un nuevo examen de los elementos de juicio ya disponibles en los anteriores, pretensión que, es claro, carece de apoyo legal y debe desestimarse", concluye el auto del Tribunal Supremo del que ha sido ponente el magistrado Manuel Marchena.
Fue el pasado 15 de enero cuando la defensa del ex militar argentino presentó el recurso de revisión de la condena. Según el escrito al que tuvo acceso Europa Press "hubo falsedad en el testimonio del procesado, por mor, precisamente del acuerdo tácito que él mismo materializó con parte de las acusaciones" por medio de "prebendas" como "regalos y dinero, cartas y visitas recibidas".
"NADIE SE INMOLA SIN UNA RAZÓN"
El letrado de Scilingo argumentaba que "nadie se inmola sin una razón de peso" y recuerdaba "lo sumamente extraño" del hecho que su cliente viniese a España "a entregarse voluntariamente cuando entonces existía una situación de total impunidad en su país".
Acusaba al juez instructor (Baltasar Garzón) de necesitar "alguien que mantuviere vivo el sumario y aportara posibles pruebas de cargo" y añadía que "el condenado fue la pieza que se consiguió a base de engaños". "Sólo así se entienden los pagos, visitas y paquetes que recibió en prisión por abogados querellantes y políticos del Partido Comunista de España y/o Izquierda Unida".
"En ese montaje, urdido por unos y otros, era un elemento absolutamente necesario nuestro mandante, que debía imputarse e imputar a otras personas y se le subvendría su estancia en prisión hasta conseguir la libertad provisional (como luego así fue)", explicaba el escrito en el que se matizaba que "lo que no sabía (Scilingo) era que finalmente se le iba a acusar de los gravísimos hechos objeto del sumario, y así sentar las bases, falsas por prefabricadas, de ser España país pionero de la denominada 'Jurisdicción Universal'".
PAPEL DE IU
En concreto, el escrito señalaba además que al abogado de la acción popular en nombre de la querellante Izquierda Unida, Enrique de Santiago, quien, según dicía, "estuvo presente como acusación cuando a Scilingo se le decretó prisión en el año 1997 y que fue a buscarle al aeropuerto".
Además, acusaba a Isabelo Herrero, dirigente del mismo partido, y a Juan Enrique Garcés, "letrado también de la acusación particular en el presente sumario, en concreto la pieza separada 'Operación Condor'".
Indicaba el recurso de revisión que los tres "aportaron dinero, en múltiples ocasiones, y visitaron, amen de mandar correspondencia, a Scilingo, preso preventivo entonces en el Centro Penitenciario de Carabanchel". Se refería a dos cartas mandadas por Enrique de Santiago con fecha de 10 y 19 de noviembre de 1997, cuando ya se le había instado al ex militar argentino la medida cautelar de prisión preventiva.
Hacía además referencia a autorizaciones que presta el propio Scilingo para, "a petición de ellos, le visiten y le metan paquetes". "Resulta, cuanto menos, extraño semejante comportamiento (salvo que existiere un plan preconcebido, como fue el caso, para excitarle a que declarara en esos términos autoinculpatorios y luego se le ayudara en prisión, una vez que se instó la medida de prisión por "los samaritanos" que constan en el documento ahora aportado", denuncia el abogado.