BILBAO, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que sería "un buen gesto" de reconocimiento de los derechos históricos vascos que el Rey visitara Euskadi por iniciativa propia. Además, ha considerado que Euskadi y Cataluña están entre las principales preocupaciones de Felipe VI, y le ha reclamado que aborde "este problema" en base al papel "de arbitraje y moderación" que le atribuye la Constitución.
En una entrevista concedida a ETB, recogida por Europa Press, Urkullu ha precisado que no ha invitado a Felipe VI a acudir a la Comunidad Autónoma Vasca y ha señalado que el monarca tiene postestad para decidir visitar a Euskadi, algo que "sería un buen gesto" de reconocimiento del hecho diferencial vasco y de sus derechos históricos, recogidos en la Constitución Española.
Además, ha considerado "una anécdota" que se haya publicado que Felipe VI tuvo "un shock" al conocer que el lehendakari se declaraba republicano y ha afirmado que, mientras el ahora monarca ha mantenido relaciones con otros líderes políticos siendo todavía príncipe, con él no ha tenido "ninguna", ni cuando era presidente del PNV ni desde que fue nombrado presidente del Gobierno vasco, "más allá de la coincidencia en actos protocolarios".
Tras señalar que no entra en si la monarquía es democrática o no, ha señalado que "hay que analizar si es una figura que se corresponde con los tiempos, si es anacrónica o no, y si en estos momentos tiene razón de ser que haya una herencia" una jefatura de Estado. Por ello, ha apostado por someter "a escrutinio de los ciudadanos el modelo que se quiere".
ACTO DE PROCLAMACIÓN
El lehendakari ha asegurado que la actitud que mantuvo en el acto de proclamación de Felipe VI como Rey en el Congreso de los Diputados "no estaba, en absoluto, coordinada, para nada, con Artur Mas". "Sabía que podría estar analizado en mis movimientos, pero no fueron controlados en absoluto. Respondían espontáneamente a lo que sentía en aquel momento", ha asegurado.
En esta línea, ha precisado que si el debate es si aplaudió o no, si fue frío o no, "es que este Estado está muy mal". "Yo creo que procedí de la manera más cortés y educada posible. Primero, estuve; segundo, que yo advertí que iba a estar como representante institucional, y no confundo la cortesía con la pleitesía", ha indicado.
Iñigo Urkullu ha afirmado que, al representar a todos los vascos, con su presencia quería "reivindicar que hay que construir un modelo de Estado diferente". "Con todo, creo que procedí con absoluta cortesía y con absoluta educación", ha aseverado.
DISCURSO
En este contexto, ha apuntado que Felipe VI, en su discurso, habló de "una monarquía renovada para un nuevo tiempo" y se autocalificó de "monarca constitucional, dejando a una lado lo que era la herencia y el legado recibidos, y abogaba por un nuevo tiempo". Por ello, ha considerado que podría haber transmitido un mensaje "más allá a la referencia a la unidad del Estado desde el concepto de soberanía nacional".
También ha resaltado que el Rey "introdujo el matiz de 'no uniforme', cuando durante 35 años aquí estamos viendo un proceso de uniformización, cuando la realidad es otra bien diferente". "Y ya que se adentró por esos vericuetos, intentó hacer un guiño también a la realidad diferente de los pueblos del Estado español, y utilizó los idiomas, las lenguas, las tradiciones, las costumbres y las culturas. Esperaba que hubiera una referencia a los derechos históricos", ha subrayado.
A su juicio, constitucionalmente le corresponde al monarca "arbitrar y moderar la relación entre las instituciones del Estado". "Creo que es obvio que en el Estado español hay un problema, no sólo de crisis económica, sino social e institucional. Hay problemas que se refieren a Cataluña y a Euskadi, y eso se concreta también en la relación institucional. Bien podría abordar esa cuestión consciente de lo que ha sido la historia de estos 34 años hasta hoy y de qué es lo queremos que sea a futuro", ha concluido.