El comisario jubilado José Manuel Villarejo acude al juicio por 'Tándem' en la Audiencia Nacional - Alberto Ortega - Europa Press
MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha afirmado este miércoles, durante el juicio por 'Tándem' que se celebra en la Audiencia Nacional, que los servicios que ofrecía a sus clientes, tales como medios de vigilancia y control y dispositivos de comunicación, eran puro "marketing" para vender las capacidades de su grupo empresarial, CENYT, pero que no se llevaban a cabo porque hacía lo justo para que quedaran "contentos" y mantener su tapadera como espía.
Villarejo ha continuado este miércoles con su comparecencia como principal acusado por los encargos que recibió de despachos de abogados, empresarios y particulares para ejecutar los presuntos proyectos de espionaje 'Iron', 'Land' y 'Pintor', por los que la Fiscalía Anticorrupción pide que sea condenado a 109 años de cárcel.
En esta undécima sesión han tomado la palabra las acusaciones de los perjudicados por las investigaciones que Villarejo llevó a cabo desde CENYT para sus clientes privados, que han puesto la lupa en los medios que el ahora policía retirado usó para conseguir la información que buscaba.
Para ello, le han confrontado con lo plasmado en los documentos generados por las empresas del comisario con motivo de dichos encargos, desde las ofertas de servicios a los informes finales, donde, según han resaltado las acusaciones, se mencionan "métodos de vigilancia y control", "dispositivos de comunicación", "intoxicación informativa" u "opacidad en los pagos".
"Eso es un corta y pega, por aquello de que hay que alardear de capacidades que jamás existían ni existieron", ha dicho, para desarrollar en respuestas posteriores que "formaba parte del marketing", del "folclore" y de la "literatura". "Entienda que, de una u otra manera, hay que hacer ciertos alardes", ha apostillado.
Así, interrogado sobre cómo obtenía CENYT los datos que reflejaba en sus informes, ha insistido en que los conseguían de "fuentes abiertas", tales como redes sociales y prensa, recalcando que algunos de los objetivos a investigar eran personajes conocidos, por lo que su vida era "pública y notoria".
Villarejo ha explicado que "el 90% del contenido de los informes no tenía mayor trascendencia" porque su verdadera intención era simplemente "quedar bien con el cliente" para reforzar la tapadera de CENYT como empresa de asesoría jurídica y análisis de inteligencia y estrategia.
"No olvidemos que mis empresas eran una empresa de cobertura. La verdadera función era trabajar para el Estado y tratábamos de cubrir como podíamos el funcionamiento de la empresa para dar la apariencia de que todo se hacía bien, que era el trámite del comercio normal (...) Era solo una forma de vestir el muñeco, así se quedaban contentos", ha reiterado.
"NO ME CREO NADA"
Sin embargo, las acusaciones han profundizando en su interrogatorio planteando cómo es posible que los informes de CENYT recogieran datos económicos y tributarios de empresas, así como direcciones, números de teléfono y tráficos de llamadas de las personas investigadas.
Villarejo ha reaccionado escudándose en que se trata de material "manipulado" o directamente "sembrado" --esto es, fabricado-- por la Unidad de Asuntos Internos o el CNI, con quienes ha recordado que desde al menos 2013 mantiene un enfrentamiento abierto en el contexto de la 'guerra de comisarios'. "No me creo nada que venga de ellos", ha zanjado.
En la misma línea se ha expresado sobre los audios de las conversaciones que obran en la causa, incidiendo en que podrían estar alterados con "técnicas de clonación y grabación de voz" porque en realidad las hacía el CNI, dado que él era una de las personas de interés a las que solía seguir y grabar. "En el argot policial se llama poner un rabo, y el rabo mío era larguísimo", ha ilustrado.
LOS "PLUMILLAS" DEL CNI
Villarejo ha cuestionado incluso las anotaciones manuscritas que hacía en sus agendas personales y que el fiscal anticorrupción Miguel Serrano le ha exhibido este miércoles por cuanto, según ha esgrimido, son tan solo extractos plasmados en los oficios que firma Asuntos Internos.
El representante del Ministerio Público ha señalado una aparente contradicción en el relato que el comisario viene realizando en los últimos días sobre cómo le pagaron los hermanos Juan y Fernando Muñoz Támara la tarea que le encomendaron con 'Pintor' de conseguir datos de un antiguo socio que quería evitar el pago solidario de una deuda fiscal.
Villarejo ha contado que, en mayo de 2017, Juan Muñoz Támara acudió al cuartel general de CENYT en Torre Picasso para dejarle un sobre con 20.000 euros en efectivo y que, inmediatamente después, los dos detectives que se ocuparon materialmente de investigar al ex socio de los hermanos, que estaban en una sala contigua, entraron en su despacho y recogieron el dinero.
Serrano ha llamado la atención sobre el hecho de que las agendas de Villarejo muestran que los detectives acudieron a Torre Picasso días antes de que fueran los Muñoz Támara para efectuar el pago, lo que desmontaría la teoría de que el intercambio de dinero fue simultáneo.
El comisario, que ha mantenido su versión sobre el pago, ha dudado de que esos apuntes sean de su "puño y letra", indicando en este sentido que "los plumillas" del CNI "se dedicaban a hacer todo esto". "No se puede imaginar los grandes falsificadores que hay en el CNI", ha añadido, poniendo como ejemplo la 'Operación Cataluña'.
APARENTES CONTRADICCIONES
A lo largo de este primer juicio por 'Tándem' --dedicado solo a tres de las más de treinta piezas separadas que componen la macrocausa-- Villarejo ha hecho hincapié en que, dada su batalla personal con Asuntos Internos y CNI, y que no se le han devuelto los originales de sus diarios personales, o al menos una copia íntegra, ni se le ha permitido hacer un análisis pericial de las charlas grabadas, no puede fiarse de ninguna de estas pruebas.
No obstante, más allá del material que nutre la causa, la narración realizada inicialmente por el comisario ha sufrido alguna variación este miércoles. De esta forma, ha matizado que los dos investigadores que se encargaron del trabajo de los Muñoz Támara eran "detectives" que tenían familiares en el CNI, a pesar de que el día anterior los pintó directamente como miembros de la agencia de Inteligencia.
Además, en lo tocante al proyecto 'Land' para Susana García-Cereceda, una acusación ha querido saber cómo es posible que, si --como sostiene Villarejo-- comenzó a trabajar para la empresaria porque así se lo había pedido su "amigo" Jesús Valderas, a su vez "socio" del ex presidente del Gobierno Felipe González, porque este último estaba "preocupado" por los conflictos familiares en los que estaba inmersa, debido a la amistad que había tenido con su fallecido padre, conste un trabajo anterior de CENYT para ella de índole netamente empresarial. "Desconozco por qué razón primero se hace una cosa y luego otra", ha confesado.
En cualquier caso, Villarejo se ha responsabilizado del conjunto de las actuaciones de CENYT, aunque desvinculándose de los "detalles" de cómo se hacían las investigaciones, los informes, las facturas y los pagos. "Yo no estaba en el día a día, yo estaba en las funciones de alta dirección, como máxime responsable de todo", ha despejado.