MADRID 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
El subdirector general de bomberos de Madrid, Medardo Tudela, afirmó hoy que el día en que el Windsor fue devorado por las llamas el cuerpo de bomberos pasó "con creces" el límite razonable de riesgo, ya que hubo incidentes en el interior e incluso hubo algún miembro de la dotación que resultó herido.
En declaraciones a Europa Press, Tudela recordó que la noche del 12 al 13 de febrero, mientras se atacaba el fuego que afectaba al edificio, el falso techo de la torre se vino abajo en tres ocasiones, por lo que fue necesario reagrupar a las dotaciones porque empezaron a "desaparecer" bomberos.
"Hay que imaginarse la situación. Todo estaba lleno de humo, haces un recuento, a los heridos los atiende el Samur y se reordena otro ataque. Llega un momento en que las condiciones son tan tremendas que se produce el colapso parcial de la fachada y de la escalera. La imagen que teníamos desde el exterior era que había cuatro plantas ardiendo. El fuego estaba generalizado", relató el subdirector general de bomberos.
Rememorando los hechos, Tudela manifestó que en el cuerpo de bomberos es necesario comentar los siniestros para así aprender de ellos, matizando que no sólo hay que analizar el incendio del Windsor en particular, a pesar de que fue un caso "de una aparatosidad y alcance tremendos". "La formación es continua y tratamos de mejorar en todas las ocasiones, día a día y como consecuencia de todas las intervenciones", agregó.
Un año después de la desaparición de la torre del skyline de Madrid, el cuerpo de bomberos del Ayuntamiento de Madrid cuenta con un brazo articulado de 53 metros de alcance para afrontar otro gran incendio, material que, según Tudela, "no se ha comprado por el incendio del Windsor, sino que estaba gestionado antes de que ocurriera el desastre".