Zouhier: "No digo que la UCO tenga la culpa de los atentados, digo que hubo una gran negligencia"

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 27 febrero 2007 18:22

MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

El acusado de colaboración con organización terrorista en el juicio del 11-M Rafa Zouhier aseguró hoy durante su interrogatorio realizado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), de la que era confidente, "siempre estuvo interesada en identificar a los asturianos". "No estoy diciendo que la UCO tenga la culpa de los atentados, digo que aquí hubo una gran negligencia y que no es por mi parte", añadió.

Zouhier señaló que siempre tuvo "la impresión" de que la Guardia Civil "se olía algo" y, que después de que les alertara sobre la implicación de Jamal Ahmidan, alias "El Chino", que se suicidó junto a otros seis terroristas islamistas en la casa de Leganés el 3 de abril, quisieron quitárselo "de encima" y mandarlo a Marruecos. "Uno de la UCO me dijo que el jefe quería que me fuera de España, que si no, me metían en la cárcel. ¿Cómo iba yo a pensar que iba a estar en la cárcel por hacer el trabajo sucio?. Me han llamado chivato porque he intentado evitarlo", añadió.

Dijo, además, que él no trajo "Asturias a Madrid" y explicó que los asturianos y los marroquíes se conocían desde antes. "Todo el mundo sabía que (José Emilio Suárez) Trashorras vendía explosivos pero yo fui el único gilipollas que lo denuncié", explicó el acusado que declaró que dijo a su contacto en el cuerpo, "ya en 2003", que había "un tío" que le había ofrecido explosivos a cambio de hachís. Zouhier describió como entregó a este contacto la muestra facilitada por el ex minero asturiano. "¿Qué más querían que hiciera?: Les estaba entregando el arma del crimen", añadió.

Negó conocer a ninguno de los árabes que formaba parte de la célula terrorista salvo a Jamal Ahmidan, alias "El Chino", que le fue presentado por Rachid Aglif, alias "El Conejo", del que era amigo. "No pude avisar de lo que estaban haciendo porque no lo sabía", se justificó y añadió: "Avisé de lo que explotó el tren, ¿qué más quieren?".

El acusado explicó que, después de conocer a Antonio Toro, ex cuñado del ex minero José Emilio Suárez Trashorras, en la prisión asturiana de Villabona, se interesó por los explosivos y la existencia de una red de tráfico con objeto de actuar como informante para la guardia civil. El ex minero le ofreció los explosivos en Madrid a finales de 2002 o principios de 2003. "Le dije a Trashorras que era para enseñárselo a 'unos malos', una mafia", indicó y añadió que sólo vio una muestra entregada, nunca 150 kilos de explosivo. "Pero explotaron en el tren ¿no lo ha visto?", espetó a continuación al fiscal jefe.

En cuanto al detonador, también entregado por los asturianos, Zouhier destacó que se lo facilitaron en junio de 2003. "No lo pedí, lo tenían en el coche tirado, era un cable", describió el acusado que indicó que no le dio "importancia" porque pensaba que "no funcionaba" y por ello no comunicó nada al respecto a la Guardia Civil. Este detonador explotó cuando lo manipulaba en el mes de octubre en su casa una madrugada en que "regresaba de fiesta". En sus declaraciones anteriores Zouhier señaló que se encontraba solo en el momento en que se produjo el incidente, porque "no quería implicar" a su ex novia.

CONOCIÓ A "EL CHINO"

Días después de este incidente Zouhier ingresó en un centro hospitalario por una puñalada. Recibió en el hospital la visita de Antonio Toro y acordaron la celebración de una reunión en el MacDonalds de Carabanchel. Fue en ese encuentro, acordado para hablar "sólo de hachís", según dijo, "la primera vez" que vio a "El Chino". "Nadie sabía que era terrorista, era una reunión para pagar una deuda por hachís, no sabia nada de explosivos, si lo hubiera sabido habría vuelto a denunciarlo a la guardia civil", describió, precisando que en el establecimiento de comida rápida se encontraron su amigo Rachid Aglif, "El Chino", José Emilio Suárez Trashorras, Carmen Toro, otro asturiano y él.

Después de este primer encuentro se celebró otro, en esta ocasión en un MacDonalds de Moncloa en el que tampoco se habló de explosivos, según Zouhier. "Se habló de 60 kilos de hachís y de la deuda que los asturianos tenían que pagar", indicó. El acusado reconoció que vio a "El Chino" dos veces más, cerca de la discoteca donde trabajaba y coincidiendo con estos encuentros le dijo a Toro que no hicieran nada con él porque era "un payaso". A cambio ofreció a los asturianos ponerles en contacto con Lofti Sbai para que trabajaran con él.

"ESA SEÑORA ME DA MUCHA PENA"

En un momento de su declaración el acusado se refirió en concreto a la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, y pidió que le fueran mostrados todos los datos de la investigación que según él son exculpatorios en su caso. "Quiero que se los muestren a la señora Manjón", dijo, e indicó que "esa señora" le da "mucha pena". El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, se vio obligado entonces a exigirle que no hiciera "alusiones" sobre ninguno de los presentes.

El acusado reiteró en diversas ocasiones que quería que quedara claro que todo lo hablado con los asturianos y "El Chino" se refería a drogas, en ningún caso a explosivos. "Cuando escuché explosivos avisé a la autoridad", dijo, aunque añadió que viendo lo ocurrido con él duda de que nadie vuelva a avisar si escucha hablar de dinamita.

DENUNCIÓ A "EL CHINO" EL 17 DE MARZO

Respecto a la conversación mantenida con su contacto a la UCO "Víctor" el 17 de marzo de 2004, en la que avisó de la implicación de "El Chino" en los atentados, explicó que se produjeron dos llamadas al agente la misma tarde, la primera sobre las ocho y media para advertir que iba a intentar recabar información sobre la masacre y la segunda a las once y media, cuando ya habló a "Víctor" de que Ahmidan disponía de detonadores y Goma 2 Eco.

Explicó que entonces describió a "El Chino" y dijo a su contacto que pensaba que aún estaba en Madrid, sugiriendo que dio pistas para facilitar su detención. "Es muy religioso, o sea que estará en la mezquita el viernes, irá en un BMW de los nuevos", añadió incluso en aquel contacto telefónico.

El acusado, que a preguntas de las acusaciones particulares dijo que no sabía "nada de ETA" sólo "de fiestas, de hachís y de discotecas", indicó poco antes de finalizar la sesión de la mañana en respuesta al abogado Gonzalo Boyé, que representa a varias víctimas de los atentados, que el letrado sabía "más de bandas terroristas que él, en alusión a una condena por colaboración con organización terrorista impuesta hace años a este abogado. Gómez Bermúdez advirtió al acusado: "Ni se lo ocurra volver a hacer eso", e interrumpió la sesión hasta las cuatro de la tarde.

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