El 96,1% de la juventud navarra ve fundamental el consentimiento para prevenir abusos en las relaciones sexoafectivas

Es una de las conclusiones del estudio 'Juventud y relaciones afectivo-sexuales' elaborado por el Instituto Navarro de la Juventud

Archivo - La vicepresidenta tercera del Gobierno de Navarra, Begoña Alfaro.
Archivo - La vicepresidenta tercera del Gobierno de Navarra, Begoña Alfaro. - EDUARDO SANZ-EUROPA PRESS - Archivo
Europa Press Navarra
Publicado: lunes, 7 abril 2025 14:18

PAMPLONA, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las relaciones afectivo sexuales constituyen un aspecto esencial en el desarrollo de las personas jóvenes, e identificar los desafíos existentes en este ámbito supone una cuestión esencial a la hora de prevenir cualquier tipo de abuso o agresión. Con esta intención, el Instituto Navarro de la Juventud ha elaborado el estudio 'Juventud y relaciones afectivo-sexuales', en el que se observa que el 96,1% de la juventud navarra considera que el consentimiento es fundamental para prevenir abusos y violencias en las relaciones sexo afectivas, entre otras conclusiones.

El estudio, que constituye un análisis detallado sobre las experiencias de la juventud en el ámbito de las relaciones afectivo sexuales y que ha contado con la colaboración del Instituto Navarro de Igualdad, el departamento de Educación y el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, tiene el propósito de "generar conocimiento que sirva de base para la implementación de intervenciones educativas y el diseño de políticas públicas orientadas a fomentar relaciones saludables, sustentadas en el respeto, la igualdad y el consentimiento".

En la presentación de sus conclusiones, este lunes, han participado la vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias del Gobierno foral, Begoña Alfaro, y el director gerente del Instituto Navarro de la Juventud, Txema Burgaleta.

Alfaro ha señalado que, "escuchadas y analizadas las demandas de la juventud en la materia", queda "actuar y continuar en la línea que ya se viene trabajando hoy en día, porque va en la dirección correcta". "Es verdad que nos encontramos en un panorama poco favorecedor, con detractores de lo que me gusta pensar que es la construcción de una sociedad sana, respetuosa e igualitaria; detractores que están en nuestras instituciones, cuyos discursos se replican en diferentes medios y que no hacen ningún favor a nadie", ha advertido, para añadir que "es responsabilidad de toda la ciudadanía ponerles freno".

Los objetivos específicos sobre los que se ha trabajado en esta investigación han sido los siguientes: educación sexo afectiva, la etapa de la pubertad, la experiencia en materia afectivo sexual, los métodos de prevención de infecciones de transmisión sexual y métodos anticonceptivos, abuso y violación sexual, la cultura del consentimiento y la pornografía y las relaciones sexo afectivas. Para ello, se han realizado un total de 602 entrevistas a la población joven con edades comprendidas entre los 16 y los 30 años, de los que el 51,2% son hombres y el 48,8%, mujeres.

Así, una de las principales conclusiones que se extraen de la investigación es que el nivel de conocimiento sobre la cultura del consentimiento es alto, con un 91,4% que afirma "conocer a la perfección" qué es el consentimiento en las relaciones íntimas, y un 96,1% que está "totalmente de acuerdo" en que entender y respetar el consentimiento sexual puede ayudar a prevenir abusos y violencias. Igualmente, el 91,5% de las personas encuestadas cree que el consentimiento puede variar en cualquier momento durante una relación sexual, y solo el 5,5% considera que el consentimiento no debe ser dado explícitamente en cada encuentro íntimo.

El 82% de la juventud navarra afirma que la educación sobre el consentimiento en la prevención de abusos y violaciones tiene un impacto alto mientras que solo el 5% cree que no lo tiene. Al analizar esta información según la edad, se observa que las personas menores de 20 años son ligeramente más escépticas respecto a la influencia y la repercusión de esta educación y la prevención de abusos y violaciones, un escepticismo que disminuye con la edad. Además, las mujeres tienden a mostrar un escepticismo ligeramente mayor, aunque la diferencia con los hombres no es significativa.

EN LA PORNOGRAFÍA

Otro eje estratégico del estudio es el análisis de la exposición a contenidos pornográficos y cómo esta afecta en las relaciones, y del mismo se extrae que la mayoría de jóvenes (65%) considera vejatoria la representación de las mujeres en la pornografía, aunque solo el 36,7% opina con rotundidad que debería proponerse un tipo de pornografía que promoviera una representación más equitativa y ética de las relaciones. El 22,4% de las personas encuestadas no está de acuerdo con esta propuesta.

Además, se advierte de que cuatro de cada diez personas consultadas afirman consumir contenido pornográfico con una frecuencia al menos mensual: el 22,4% lo ve al menos una vez a la semana y un 17,3% confirma verlo al menos una vez al mes. La mayoría, un 42,9%, lo visualiza raramente o menos de una vez al mes, mientras que un 16% afirma no consumir nunca contenido pornográfico. En esto último se observan diferencias significativas según el género: entre las mujeres, el porcentaje de quienes afirman ver raramente o nunca este tipo de contenido es del 90,4% frente al 45,2% en el caso de los hombres.

Respecto a su influencia, el 47,1% de la juventud afirma que la pornografía puede influir en las expectativas sobre cómo debería ser sexualmente una pareja, y el 41% opina que puede influir en la autoestima y confianza en las relaciones sexuales. Por otro lado, el 31,8% afirma con rotundidad que el consumo de pornografía afecta a la salud emocional de quienes lo consumen y el 24,2% admite cierto grado de influencia en sus comportamientos y expectativas sexuales.

Así, han informado, "el estudio evidencia la normalización del consumo de contenido pornográfico entre la juventud y la necesidad de abordar sus implicaciones desde un enfoque educativo y preventivo". Tal y como ha señalado Burgaleta, "es crucial fomentar una alfabetización mediática que permita a la juventud desarrollar una perspectiva crítica frente a las representaciones poco realistas y desiguales de la pornografía, promoviendo relaciones afectivo sexuales basadas en el respeto, la igualdad y el consentimiento".

En relación a la educación en sexualidad, aunque el 92,3% de los jóvenes navarros afirma haber recibido algún tipo de educación sexo afectiva, la formación impartida en centros educativos se valora con una media de 5,8 sobre 10, con críticas tanto hacia la insuficiencia como hacia la incompletitud de los contenidos, especialmente entre mujeres y jóvenes adultos, para quienes las amistades y la familia son y han sido las principales fuentes de información. Según se ha expuesto, a medida que la educación sexo afectiva se ha ido integrando más al sistema educativo, las generaciones jóvenes dependen menos de fuentes informales como amistades o Internet para obtener información.

Los datos evidencian cómo el abuso y violencia sexual, en sus diferentes modos, es un problema extendido con diferencias según edad y género. La incidencia es mayor entre los jóvenes de 21 a 25 años, siendo el 61,1% de los encuestados quienes reportan haber experimentado situaciones de abuso o violencia sexual. Este patrón puede atribuirse a una mayor exposición a entornos de riesgo como lo son espacios de ocio nocturno (56,3% de las encuestadas han sufrido abuso o violencia en estos espacios) y eventos sociales (57,8%), que son mencionados en el estudio como escenarios frecuentes de estos hechos. En total, el 54,4% de las personas jóvenes de Navarra afirma haber experimentado algún tipo de abuso o violencia sexual a lo largo de su vida.

Desde una perspectiva de género, las mujeres son las principales afectadas por todas las formas de abuso y violencia sexual analizadas, afirmando el 70,4% de las encuestadas haberlas sufrido. Destacan como principales víctimas de comentarios sexuales no deseados, tocamientos no consensuados y otros comportamientos violentos. En contraste, los hombres reportan tasas significativamente menores en todas las situaciones evaluadas.

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