África nos mira

Europa Press Sociedad
Actualizado: jueves, 13 diciembre 2007 12:48

África está pendiente de nosotros, quienes vivimos a este lado de la frontera del bienestar. Pero nosotros, como parte de esa Unión Europea cuyos líderes acaban de asistir a la cumbre de Lisboa, junto a los líderes de los países africanos, no solemos mirar hacia Africa. Hasta que el día menos pensado Africa se nos venga encima.

El problema migratorio es un anticipo, por aquello de la miel y las moscas, y España tiene el dudoso honor de ser el principal afectado, de momento, debido a su ubicación en la cornisa del bienestar.

La emigración ha sido precisamente la motivación central del discurso de España en la cumbre Africa-UE del pasado fin de semana. Lo desarrolló el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en su intervención del sábado. "No se puede dejar pasar un día más mirando hacia otro lado", dijo, respecto a una situación radicalmente injusta que interpela a las grandes potencias mundiales, y a la UE en particular, por ser vecinos.

La razón de vecindad implica de modo muy especial a España y no se puede decir en rigor que nuestro país esté mirando hacia otro lado. Para empezar, la acción diplomática y de cooperación española -28 embajadas en la actualidad, seis de ellas de nueva creación- está configurando una especie de cuarto pilar en la política exterior del Gobierno socialista -junto al anclaje europeo, la vocación iberoamericana y la vecindad magrebí-, el que se proyecta sobre la región subsahariana.

Y dentro de la región subsahariana de Africa, España está dedicando una atención prioritaria a Angola, país de estirpe ibérica -colonizado por Portugal- con el que tenemos firmado un importante Acuerdo de Cooperación desde 1987. El abajo firmante ha tenido la ocasión de visitarlo y de comprobar que una semana en la capital de este país, Luanda, con los ojos bien abiertos, es más rentable que veinte cumbres Europa-Africa si se trata es de conocer el alcance del drama derivado de la explosiva cercanía del continente más rico del mundo al más pobre, con España en el medio.

Tras una devastadora guerra de cuarenta años, Angola es un pobre andrajoso que espera sentado sobre un barril de petróleo y una bolsa de diamantes en el bolsillo. Riqueza sin pulir en el reino de la miseria. Sus indicadores sociales son pavorosos: esperanza media de vida menor de 40 años, el 85 % de la población sin alcantarillado y tasas insoportables de mortalidad infantil.

Por eso es un motivo para sentirse orgullosos, como españoles, descubrir y conocer sobre el propio terreno la desinteresada labor de nuestros cooperantes en campos como el de la salud, la enseñanza o la protección de la mujer, bajo la sabia mirada del embajador Javier Vallaure.

Antonio Casado

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