Actualizado 26/04/2011 14:00

Antonio Casado.- Despertadores del PSOE.

MADRID, 26 Abr. (OTR/PRESS) -

Detecto en el PP un significativo apagón de su discurso en contra de los atajos y en defensa del Estado de Derecho, tan aireado a propósito de los GAL y, más recientemente, en el caso Faisán. Con la espantada del etarra Troitiño ya nadie habla de atajos ni arremete contra quien abrace el principio de que el fin justifica los medios.

Tratándose del etarra Troitiño, puesto en libertad por la Audiencia Nacional en el ejercicio de sus competencias jurisdiccionales, y reclamado su reingreso en prisión tras la consabida rectificación, la ofensiva verbal del PP se centra en culpar al Gobierno de la huída por no haber vigilado policialmente al excarcelado. Lo cual hubiera supuesto vulnerar las reglas del Estado de Derecho, al menos antes de dictarse la orden de busca y captura que sobrevino a la rectificación del tribunal.

Aunque no les guste oír esto a los adictos al faisán, es tan ilegal el chivatazo de Hendaya como vigilar sin orden judicial a un ciudadano técnicamente en paz con la Justicia. Lo dice con mayor contundencia el magistrado del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, en un artículo publicado este domingo: "Se trata de un hombre libre que incluso tiene derecho a recurrir una decisión que aumenta el tiempo de cumplimiento de una pena. En mi opinión, la defensa del valor superior de la libertad le permitiría acudir en amparo al Tribunal Constitucional, e incluso al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo".

Estamos hablando de tecnicismos que el principal partido de la oposición tiene la obligación de conocer y aplicar. Pero más allá de la tensión entre ley única e interpretación múltiple (cómputo de la pena a cumplir en base a la doctrina de los altos tribunales, que no es igual), es más grave la interpretación política manufacturada por el PP. O un sector del PP, lo cual permite especular sobre las dos almas de este partido.

Me refiero a unas declaraciones del eurodiputado y ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, en las que valora la fuga del etarra Troitiño como elemento de un supuesto entendimiento de Zapatero con la banda terrorista por debajo de la mesa. "Nada o casi nada es casual cuando hay un proceso de negociación entre Eta y el Gobierno", dice. Afirma como remate que si el Ejecutivo no ha evitado la fuga de Troitiño es porque está atrapado en dicho proceso y ya "no puede dar marcha atrás".

Tan bárbaras acusaciones, formuladas sin pruebas de ningún tipo, han sido inmediatamente incorporadas al guión electoral del PSOE como eficaz despertador de sus desalentados votantes. Lo mismo hacen los responsables de la campaña socialista con José María Aznar cada vez que el ex presidente abre la boca ¿Se dará cuenta Rajoy de los efectos negativos que para su causa electoral pueden tener en las urnas las apariciones de estos dos titulares de una de las dos almas del PP?