MADRID 18 Oct. (OTR/PRESS) -
Ya se que todo el mundo está de acuerdo, políticos, banqueros y opinadores en general, en el plan de rescate de la banca. La que presuntamente era también de la "champions". No formo parte de la "claque". Me confieso muy escéptico ante esta "nacionalización" de perdidas del capitalismo mundial y me limito a señalar algunas cifras que me resultan muy dolorosas.
Se puso el grito en el cielo, y era para ponerlo, por los 400 euros por españolito cotizante, aquel desbarre inútil que bien pudo valer una elección. Ahora se jalea que tengamos que poner, porque eso lo ponemos , en prestamos, avales o lo que sea, pero soltando la pasta, un total de 50.000 millones por una lado y de 100.000 por otro. Total 150.000 . O sea, cada uno de los 40 millones de españoles, contando hasta los niños de pecho, tocamos a 3.750 euros por barba. O sea a más de 600.000 de las antiguas pesetas. No queda ahí la cosa. Si lo que contamos son población activa,digamos 20 millones, entonces lo que cada uno "pagamos" se pone en 7.500 euros, o sea un 1.250.000 de las antiguas pesetas, millón y pico vamos de cada uno de nuestros bolsillos, si es verdad eso de que el estado somos todos para ¿prestarselo? A la banca y que luego esta nos lo preste a nosotros ¿a nosotros de verdad?.
Dicen todos que no hay otro remedio. Y razón llevarán. Pero estas son mis pequeñas cuentas. Y, lo mire como lo mire, a mi me parece un escándalo.
Algunos discuten si la culpa era de los conductores (financieros, aunque se sigue diciendo que los nuestro no pero se les "rescata" como si ) o de los controladores . O sea si del tipo del coche que iba a 180 por hora o de la policía que no le echó el alto. Y muy bien la discusión, pero resulta que la multa no es ni para el uno ni para el otro, sino para todos nosotros que somos quienes acabamos pagándol.
Y ya digo, apabullado ante todo un cartel de recién estrenados sabios económicos, que no me queda más remedio que rendirme porque todos me admonizan de que esto es lo único que puede hacerse y que se hace, lo se, en toda Europa. Será así, y no podrá ser otra manera, pero maldita la gracia que tiene. Y maldita la que , por lo menos a mí, me hace.
Antonio Pérez Henares.