MADRID 21 Abr. (OTR/PRESS) -
Menos de una semana después de asumir el ministerio de Defensa, Carme Chacón ha viajado por sorpresa a Afganistán para visitar a las tropas españolas destacas en el escenario más peligroso de todas las misiones exteriores. Carme Chacón, embarazada de varios meses, cumple con las obligaciones de su cargo más allá de los mínimos que le podrían ser exigidos. Ha dado un ejemplo formidable a la lucha de las mujeres por su igualdad laboral.
El gesto es una respuesta inteligente a los argumentos machistas lanzados desde la prensa amarillista que indicaban que su condición de mujer y su estado de embarazo eran un obstáculo para ejercer responsablemente el cargo de ministra de Defensa como argumentos tan peregrinos como los de que su estado era un obstáculo insalvable en caso de crisis militar. Como si los hombres no pudieran sufrir alguna indisposición en momentos críticos.
Las reacciones negativas a un gobierno formado por mayoría de mujeres, formuladas en muchos medios de la derecha más dura, han tenido un curioso efecto boomerang, porque lejos de debilitar la imagen de José Luis Rodríguez Zapatero han puesto en valor la audacia en la confección del Gobierno y han aliviado otras críticas como las relativas a la mayoría de independientes, la disminución de la influencia del partido en el ejecutivo o la defenestración del ministro Caldera.
El gesto de la ministra Carme Chacón es además una respuesta inteligente a quienes presentaban el embarazo como un inconveniente y se convierte así en un símbolo para la aplicación de la ley de igualdad y para el apoyo a tantas mujeres que posponen su maternidad para no perjudicar su carrera profesional en una encrucijada difícilmente soportable entre la vida personal y su trabajo.
Carlos Carnicero