Carlos Carnicero.- En defensa del ex presidente Aznar

MADRID 11 Nov. (OTR/PRESS) -

Es posible que la intención de Hugo Chávez sea sabotear la Cumbre Iberoamericana y que se le pueda hacer juego a esas intenciones respondiendo a sus provocaciones, pero es necesario decir algo muy claro.

En un estado de derecho, las instituciones lo son independientemente de las personas que las ocupan. Y es una lección pendiente en España saber diferenciar entre la dignidad del cargo y la critica que pueda merecer la persona que lo ocupa.

Resulta absolutamente intolerable que el presidente de Venezuela, en un foro político multilateral, insulte y ofenda al ex presidente del Gobierno constitucional de España, José María Aznar, y por lo tanto no se le puede pasar por alto un ultraje que lo es a todos los españoles, en cuanto a la dignidad que le corresponde a quien ha sido el presidente del Gobierno.

Con José María Aznar se podrán tener muchas discrepancias por su pensamiento ultra conservador y por la política exterior que desarrollo en su gobierno, incluidas las gestiones ante la Unión Europea para que fuera reconocido el golpe militar contra el presidente Chávez en Venezuela. Pero la crítica política, en un país democrático, tiene que ir acompañada del respeto inherente al cargo y a la institución.

La deriva autoritaria y provocadora del presidente Chávez no favorece su proyecto político que además se está volviendo excluyente en la pretensión de que la bonanza del precio del Petróleo le pueden dar derecho a marcar y boicotear políticas continentales y a provocar y a ofender a quienes no están de acuerdo con sus ideas y sus procedimientos.

El presidente Chávez debe saber que no se puede ofender gratis a los ciudadanos libres de España, tan libres como para salir en defensa del ex presidente Aznar, incluso aunque él a veces haga todo lo posible con sus manifestaciones para que pudiéramos caer en la tentación de congratularnos de las ofensas que le profieren sus enemigos.

Carlos Carnicero