MADRID 5 Nov. (OTR/PRESS) -
La economía española está al borde de la recesión y llevando a las listas del paro a miles de personas cada día. Las cifras del desempleo nos retrotraen al año 96 y seguimos sin un diagnóstico claro por parte del gobierno y por tanto ante una acción global y seria para afrontar los problemas a corto plazo y sobre todo a medio y largo plazo.
Es una desgracia que el gobierno que nos engañó por razones electorales y sigue haciéndolo por soberbia esté comportándose de una forma tan irresponsable. No quiso reconocer que ya en 2007 la economía española estaba abocada a la desaceleración y ya mediado 2008 estancada y al borde la recesión. La prueba más evidente han sido los Presupuestos Generales del Estado para 2009 absolutamente irreales y letales para la que nos espera en los próximos meses.
En lugar de tomar medidas serias y de calado que vayan a atajar los problemas en la raíz, Zapatero ha optado por hacer maquillaje de cara a la galería, por presentar medidas sueltas al compás de los acontecimientos y tremendamente improvisadas. La última ocurrencia es la de permitir a los parados que cobran prestación y tienen cargas familiares a reducir en un 50 por ciento el pago de la hipoteca con un máximo de 500 euros mensuales. Hay algunos otros requisitos para parados y también para autónomos. La realidad es que se trata de dos años de carencia al final de los cuales habrá que devolver el principal y los intereses acumulados. Engordar para morir después. En todo caso, puestos a hacer demagogia por qué no a los mileuristas, a los desempleados sin prestación o a todos los hipotecados.
Es obvio que además el Gobierno no ha pensado ni un minuto las consecuencias de esta medida. Y me explico. Muchas entidades financieras han titulizado hipotecas y las han vendido en paquetes dentro y fuera de España a fondos de inversión, a inversores, incluso al BCE. ¿Quién va a pagarles sus intereses que no son más que las cuotas que se dejan de pagar? Otra vez el Estado mediante la emisión de deuda o subiendo los impuestos puesto que no estaba presupuestado. Es pura demagogia y mientras no se abordan las verdaderas reformas que la economía necesita sin más dilación. Carmen Tomás.