MADRID 21 Oct. (OTR/PRESS) -
Hay que reconocerle al presidente del Gobierno una especial habilidad para convertir las situaciones más desfavorables hacia su gestión en algo que no sea percibido así por la opinión pública. A esa habilidad "zapateril" ayuda sin duda el hecho que enfrente, en la oposición, tampoco hay nada que acabe de ilusionar al personal.
Hasta hace muy pocas semanas, Zapatero se negaba en redondo a pronunciar la palabra crisis y la primera vez que lo hizo -en una entrevista en televisión en setiembre- fue como una especie de concesión graciosa a los periodistas que le interpelaban. Hace quince días dijo en Nueva York que nuestro sistema financiero era muy sólido. Poco después tuvo que aprobar una inyección de hasta 50.000 millones de euros para los bancos y garantizar que el Fondo de Garantía de Depósitos cubriría hasta 100.000€ por persona, los ahorros depositados en una entidad financiera en el supuesto de quiebra de la misma.
Zapatero se reunió en Moncloa con los principales banqueros del País, con los agentes sociales, se entrevistó mano a mano en París con el Presidente de turno de la Unión Europea, Nicolás Sarkozy, con los presidentes de la Zona Euro y sólo cuando tenía decidido que medidas debía de tomar, se dignó llamar al líder de la oposición, que esperaba pacientemente esa cita, y que no tuvo más remedio que salir del palacio presidencial diciendo que iba a apoyar las medidas propuestas por el Gobierno.
No contento con todo lo anterior, este fin de semana, el Presidente ha pactado los Presupuestos del año que viene con el PNV y el BNG y ha dado una orden clara y tajante a su partido: apoyar los presupuestos de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en toda España, incluidos aquellos en los que no gobierna el PSOE. Con ello consigue proyectar una imagen de hombre de Estado, que en tiempos de crisis, pone por encima de cualquier otro objetivo los intereses de su País. Una jugada redonda. Zapatero es un mago en el manejo de los tiempos, de la iniciativa política. De estar con el agua al cuello a la vuelta de las vacaciones estivales, en estos momentos ha conseguido dar la impresión que lidera una situación muy delicada. Y lo hace con un desgaste mínimo en intención de voto, según las encuestas que se conocen.
Mientras tanto, la oposición hace lo que puede y como siempre sucede en estas situaciones, no dejan de crecerle los enanos, en forma de crisis con UPN, en diputados de Murcia y Valencia que se niegan a votar el Estatuto de Castilla-la Mancha en su actual redacción en lo relativo al trasvase Tajo-Segura o en un "run-run" en los medios sobre un nuevo cuestionamiento interno del liderazgo de Rajoy. Las dificultades que tiene el PP para hacer llegar con nitidez y claridad su mensaje son enormes. Y eso tiene mucho que ver, tanto con la falta de ilusión que trasmite su líder como del erial informativo, sobre todo en las televisiones, en el que se mueve. Por eso se ve a Zapatero tan tranquilo e incluso su fiel escudero, Pepe Blanco, se permite decir en el palco del Vicente Calderón que el Real Madrid le da mucho asco. Van tan sobrados...
Cayetano González.