MADRID 15 Feb. (OTR/PRESS) -
Esta vez han empezado con muchas ganas y todos los fines de semana nos están castigando a los sufridos ciudadanos con mítines y actos públicos llenos de consignas, de frases más o menos hechas, pensadas exclusivamente para ocupar esos segundos de gloria en los telediarios que al final es lo único que les importa. Aunque la ley es clara al respecto y las campañas electorales tienen una duración de quince días, luego los partidos se saltan eso a la torera y a medida que se acerca una cita electoral programas actos y actos, mítines y mítines con los más variopintos motivos que configuran una larga y tediosa precampaña que suele durar meses.
Esto es lo que está sucediendo con motivo de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo. Ha sido pasar las fiestas de Navidad, y los dos grandes partidos nacionales se han lanzado a una carrera desenfrenada de actos, mítines y convenciones concentradas en su mayor parte los fines de semana. Sevilla, León, Zaragoza y Santiago de Compostela han sido las ciudades elegidas tanto por el PP como por el PSOE para celebrar ese tipo de actos durante el mes de enero y lo que llevemos de febrero.
Es verdad que en estas próximas elecciones tanto unos como otros se juegan mucho. Los populares confirmar en las urnas esa tendencia generalizada que señalan todas las encuestas de estar por encima a una buena distancia de los socialistas. Y estos, desmentir con los hechos, es decir con los votos, esas predicciones negativas. Y todo con la vista puesta en las próximas elecciones generales que si Zapatero no lo remedia -porque constitucionalmente es el único que puede hacerlo en forma de adelanto- serán en la primavera del próximo año.
Pero esta larga precampaña está resultando muy aburrida y cansina y más cuando las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos están muy alejadas de las soflamas de los partidos. Los mítines están pensados para los muy convencidos, para los muy militantes, que asisten a ellos para meterse en vena un "chute" de autoestima y de ilusión o quizás porque tampoco tienen una cosa mejor que hacer. Ante este panorama, no cabe mas que la resignación y eso si, pedir a los actores principales de esos saraos, que al menos no digan muchas "machadas" como la pronunciada este pasado fin de semana en Sevilla por Zapatero, cuando animó a los suyos a ir a la próxima campaña electoral "a favor del empleo, en apoyo a las personas que lo han perdido y en potenciar la actividad económica, la empresa y la contratación". No se si el presidente piensa que sus conciudadanos son unos auténticos desmemoriados y no se acuerdan de la campaña electoral del 2008 en la que bajo el lema "motivos para creer" prometió nada mas y nada menos que el pleno empleo y crear dos millones de puestos de trabajo. Hoy es el día en que estamos ya en la terrorífica cifra de cinco millones de parados.