MADRID 12 Sep. (OTR/PRESS) -
El Debate que tenía que ser ya ha sido. El Presidente se adelantó a la segura petición de comparecencia. "Vengo a dar la cara" dijo y a partir desgranó un discurso, su discurso a caballo entre la autocomplacencia y la realidad que se impone y para pinchar cualquier globo adelantó que no iba a proponer medidas, que no se podía uno pasarse el día improvisando. Pero ¿no es una improvisación los 1.500 puestos que va a sacar del INEM para colocarlos bajo otra partida presupuestaria bajo el título de asesores para los que se han quedado sin empleo?. ¿A que suena denostar del ladrillo y dedicar inversión millonaria para sacar a flote inmobliarias que coloquen viviendas para el alquiler?.
El analizar cada discurso es un ejercicio a estas alturas muy tedioso, pero si cabe escudriñar en el conjunto de la sesión del miércoles para concluir que además de lidiar con la crisis que según algunos a punto está de llamarse recesión, el Presidente y el conjunto del Gobierno comienzan a ser conscientes que pasaron los dias de vino y rosas y que los amigos de ayer hoy ya no lo son tanto. A un amigo no se le habla como le habló el vasco Erkoreka o el catalán Duran. Como Rajoy nunca ha sido amigo, lo suyo es menos sorprendente.
La economía es, en el fondo, una ciencia tan inexacta como la política. En la primera la confianza es capital y en la segunda, en la política, la percepción se convierte en algo determinante. La política es un arte complejo en la que no basta con hacer las cosas bien. Lo importante es que los ciudadanos perciban, crean que se están haciendo bien. No cabe decir que la actuación del Presidente haya insuflado entusiasmo; es más, muchos creen que rozó la derrota. Es mucho decir, pero alguna conclusión deberían establecer en Moncloa cuando las reacciones más suaves, como mucho, han sido planas. Plano fue el discurso del Presidente y planos, muy planos están los empresarios y, sin duda, los sindicatos. Se respira, en general, una extraña placidez que es, sin duda, el primer objetivo del Gobierno.
Con el debate del miércoles, el Presidente se ha quitado de encima una cita molesta. No ha movido una ceja que para eso están Solbes y Corbacho, pero lo cierto es que la crisis avanza y que los presupuestos están a la vuelta de la esquina. Y estos presupuestos saldrán adelante sin mayor problema, y la economía americana repuntará y de rebote la europea y luego la española y así llegaremos al 2010 listos para preparar un ecuador de legislatura en el que Zapatero, resurgirá de sus eventuales cenizas.
Es un error pensar que la crisis se lo va a llevar por delante, como han venido sosteniendo algunos. Zapatero es mucho Zapatero. De momento están enfadados con él los grupos parlamentarios, pero ha logrado que los auténticos agentes con mando en plaza cuando de situación de crisis se trata, estén placidamente satisfechos con el Gobierno. Si ellos no chistan ¿Por qué tienen que hacerlo otros?.
Charo Zarzalejos