Actualizado 06/03/2008 01:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- Las condiciones del consenso

MADRID 6 Mar. (OTR/PRESS) -

Si hay un deseo que la inmensa mayoría de los españoles compartimos por igual es que la crispación de la legislatura que ahora acaba no se repita en la Legislatura que empezará el lunes; pero incluso algo tan aparentemente elemental como esto va a depender, en mi opinión, de por cuanto gane quien gane el 9-M, y de quien sea el próximo líder de la oposición. El factor humano es muy importante también en la política, y Zapatero y Rajoy se detestan. La antipatía y el desprecio mutuo que se profesan y que tan claramente han puesto de manifiesto en sus dos cara a cara televisados, no han dejado de crecer día tras día de estos cuatro años, sin resquicio alguno a la comprensión, sin una sola concesión a ninguna complicidad... Difícilmente se puede esperar que el PSOE y el PP se entiendan en nada si las urnas del 9-M no sacan de la pista a uno de sus actuales líderes. Creo que solo una victoria clara de uno de ellos "jubilaría" al otro. Un resultado similar al actual me temo que desembocaría en otra legislatura tan crispada como la actual.

El candidato popular es el único que ha ofrecido consenso a su oponente en los dos debates televisivos de la campaña. En el primero dijo que si era él el ganador, lo primero que haría es llamar al líder del PSOE para pactar la recuperación de los tres o cuatro grandes consensos de Estado de la Transición que la confrontación ha reducido a escombros estos cuatro años, y en el segundo debate concretó las materias que en su opinión deberían ser objeto de esos consensos entre los dos grandes partidos: lucha contra ETA, política Exterior, la cuestión territorial, y el fortalecimiento de la Sanidad y las Pensiones públicas. Pero, en mi opinión por no darle a Rajoy la baza de llevar la iniciativa a la hora de ofrecer diálogo, Zapatero ni siquiera se digno darse por enterado en ninguno de los dos debates de esta doble oferta de diálogo

Fue ayer, en un encuentro mañanero con los periodistas que siguen la campaña del PSOE, y a preguntas de los periodistas, cuando el actual presidente del gobierno se hizo eco del clamor social contra la crispación, pero evitando que pareciera que respondía a la invitación de Rajoy, como si se le hubiera ocurrido a él. La próxima legislatura, afirmó, tiene que ser "un tiempo político donde la crispación pase a ser un mal recuerdo, la descalificación la excepción, las buenas formas la manera habitual de comportarse y, en definitiva, que sea la legislatura de la convivencia, el sosiego y la tranquilidad". Como resumen de lo que tanto deseamos tantos, no está nada mal. Como pronóstico de lo que ocurrirá a partir del lunes, sin embargo, depende: si Rajoy o Zapatero no sobreviven políticamente al veredicto de las urnas del domingo, tal vez.

Consuelo Sánchez-Vicente.

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