MADRID 28 Abr. (OTR/PRESS) -
Desde que echó a rodar esta crisis que el gobierno llama desaceleración, los expertos nacionales e internacionales han coincidido en que el paro era el talón de Aquiles de la política económica del Gobierno. La inflación está haciendo caer el consumo de bienes y servicios, y las turbulencias financieras internacionales el crédito y la inversión. La situación puede ser, como espera el gobierno, coyuntural, y si es así el empleo resistirá, decían. Lo que hoy dicen es que Zapatero ha fiado la recuperación a dos factores que no dependen de él, que baje el precio del petróleo y que remitan las turbulencias de las "hipotecas basura" norteamericanas, y ni lo uno ni lo otro tiene pinta de hacerlo "a tiempo".
Si se empieza a destruir empleo -decían- el 'plan de choque' del gobierno terminará por comerse el superávit a poco que la crisis se prolongue. El lobo ya está aquí. Los últimos datos de paro español ya han detectado destrucción de empleo. Las previsiones internacionales son que la crisis no solo podría prolongarse sino empeorar por la entrada en escena del encarecimiento que están experimentando los cereales por el incremento de la demanda mundial de grano tanto para alimentación como para producir biocombustibles. Pero, en lugar de adaptar las medidas a la realidad, el gobierno parece seguir esperando que sea la realidad la que se adapte a sus medidas. Gobernando con la bola de cristal a la espera de que se produzca el milagro.
Tras el Comité Federal del PSOE del pasado sábado, el presidente Rodríguez Zapatero aseguró que "la peor previsión de paro siempre será mejor que la mejor que tuvo el PP" durante las legislaturas que gobernó. Creo que es mucho asegurar. Hoy por hoy, tiene razón. Tal como él mismo recordó, cuando el PSOE llegó al Gobierno la tasa de paro era del 11 por ciento, y la mejor cifra de paro que tuvieron los gobiernos populares siempre se situó por encima del 10 por ciento, mientras que la última previsión del vicepresidente Pedro Solbes sobre el particular es el 9,8 por ciento para este año. Pero, punto uno: el año está empezado, ya veremos como acaba. Y, punto dos: Adoptar -¡ya!- un plan de choque más solvente que el de "los 400 euros" para reactivar - ¡ya! - la economía y el empleo, parece la única forma de evitar que acabe mal... si la crisis no obedece a Zapatero y, como advierten los organismos internacionales, dura más.
Consuelo Sánchez-Vicente