MADRID 7 Ene. (OTR/PRESS) -
La Guardia Civil nos ha regalado por Reyes otra 'detención fortuita' de dos presuntos etarras que cuando escribo todavía no se sabe quienes son porque no estaban 'fichados', pero sí que habían recibido las pistolas que llevaban encima en los últimos días, se supone que para cumplir el único viejo-nuevo deseo para 2008 de esta mafia, o sea, matar. La detención se conoció casi al mismo tiempo que el Rey recordaba en su discurso de la Pascua Militar de su 70 cumpleaños a las víctimas de "la lacra abominable e inaceptable del terrorismo"; cuyo final, como añadió el ministro de Defensa es su discurso de respuesta a Don Juan Carlos, pasa porque el Estado de Derecho caiga con toda contundencia sobre los asesinos. Tal como dijo textualmente el ministro, "por la aplicación de la ley con toda la firmeza que sea necesaria contra esta lacra"
En los sabrosos corrillos que acostumbran formar políticos y periodistas después de los discursos de estos actos, el Rey calificó como "buenísimos" los 70 años que ya cumple en el trono. Creo que no exagera. De todos los problemas importantes que los españoles hemos tenido que sortear en lo que llevamos de democracia, ETA es él único que aun se resiste a desaparecer. Si recordamos de donde veníamos, el único problema verdaderamente importante que aún tenemos como país. Si miramos a nuestro alrededor, lo único que aún nos 'diferencia' de los países de nuestro entorno. ETA es el último 'terrorismo' de la UE. Un reto. Pero si recuperamos la unidad y persistimos en la firmeza, derrotar a ETA es un reto a nuestro alcance
Empleo a propósito una palabra que como 'derrotar' ha simbolizado esta legislatura la división política contra ETA porque me parece que ya no se puede hablar en otra clave en serio de "unidad" ni de "firmeza" contra ETA. Tras el último y, para mí, definitivo desengaño del generosísimo intento de final dialogado de la violencia que ha llevado a cabo el presidente Zapatero en la legislatura que ahora acaba, el llamado "proceso", creo que la lección que quienes como yo siempre hemos creído en 'el diálogo' deberíamos aprender y que el gobierno que salga de las urnas del 9 de marzo no debería olvidar es que ETA no quiere 'pactar' ningún final sino derrotar a la democracia; y que en ese mismo tono hay que darle la réplica. El único camino cierto que, desde mi punto de vista, se abre hoy hacia la paz con libertad que deseamos - sin libertad, no hay paz, sólo esclavitud- es poner todos los medios del Estado de Derecho al servicio de la unidad y la firmeza para derrotar a ETA.
Consuelo Sánchez-Vicente