Actualizado 07/02/2008 01:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- Vuelven "los bárbaros del norte"

MADRID 7 Feb. (OTR/PRESS) -

Las imágenes parecen sacadas del túnel del tiempo, de un tiempo tan lejano que casi se nos había olvidado que ya ocurrió lo que ahora ha vuelto a ocurrir. Los agricultores franceses han vuelto por sus fueros. Mejor dicho, por sus "desafueros". Largas colas de camiones españoles parados -otra vez- en la autopista a golpe de "piquete informativo", cuando no asaltados. Toneladas de frutas y verduras españolas otra vez tiradas por los suelos, junto a miles de litros de nuestro buen vino. Vuelve el vandalismo de los agricultores franceses contra nuestros productos.

Los vándalos dicen que nuestra fruta, nuestra verdura y nuestro vino no cumplen las normas de la UE, y que eso es competencia desleal; pero la realidad es otra. Como sabemos muy bien los españoles y cada vez más ciudadanos de más países de la UE, lo que de verdad tiene en un sin vivir a los agricultores franceses es, justamente, la competencia leal y legítima que los productos de la huerta y del campo español le están haciendo desde hace tiempo a los franceses en precio y calidad, gracias a la capacidad de iniciativa y de asumir riesgos y al buen hacer de miles de jóvenes y no tan jóvenes agricultores españoles que, a diferencia de estos nuevos "bárbaros del norte", viven de su trabajo en vez de vivir "del presupuesto".

La Agricultura comunitaria siempre ha sido la "niña mimada" de la Unión Europea, se lleva la parte del león del dinero común, entorno al 60 por ciento. Pero la ampliación a veinticinco miembros del -antes - "selecto club" está obligando a "reajustar" las cuentas para atender las necesidades casi primarias de los nuevos socios. El principio de solidaridad que tanto ha ayudado a modernizarse al campo español y antes aun al francés obliga ahora a "modernizar" donde ahora hace falta. El ajuste afectará inevitablemente a la agricultura "rica". Pero, además de ser los más "ricos" de la UE, los agricultores franceses están demostrando ser los más insolidarios.

El Gobierno español ya ha pedido al francés que pare a los vándalos; pero cuando escribo seguimos a la espera de una respuesta todo lo contundente que este atropello merece. Además de los más ricos y los más insolidarios, los agricultores franceses son los más poderosos de la UE, un poder fáctico electoral. Ningún gobierno galo se ha atrevido hasta ahora con ellos, eso es lo que dice el túnel del tiempo. ¿Lo hará Sarkozy? Quiero pensar que sí. Las relaciones bilaterales nunca han sido mejores, ¿no? Contra ETA, "se está portando". Esperemos que contra la vergüenza (para Francia) de los "vuelcacamiones", también.

Consuelo Sánchez-Vicente

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