Actualizado 03/09/2007 16:22

Pisos para todos

Facilitar en lo posible el acceso a la vivienda me parece uno de los empeños más nobles que puede acometer cualquier gobierno; pero en una economía de mercado como la nuestra "lo posible" no es gran cosa. Y, en su afán de conectar con el deseo generalizado de los españoles de cualquier edad de vivir en nuestra propia casa, este Gobierno y especialmente su presidente podrían estar cometiendo el error de alentar lo que no está en su mano conseguir.

Todas la leyes contra la especulación urbanística que se puedan hacer siempre serán bienvenidas, pero siempre chocarán con la libertad de la que goza en cualquier economía de mercado, para bien y para mal, cualquier transacción.

Con la libertad del que vende para ponerle el precio que le parezca a su propiedad, y con la libertad del que compra para aceptarlo tanto si dispone de ese dinero como si tiene que endeudarse con el banco hasta las cejas para conseguirlo, e incluso más arriba de las cejas, como ya han empezado a hacer en nuestro país muchas familias que, asfixiadas por la subida del euribor, están cayendo en la trampa de los euros a cincuenta céntimos - antes "duros a cuatro pesetas" - que les tienden las nuevas entidades de usureros que últimamente proliferan como setas tras la lluvia

Los gobiernos democráticos tienen la obligación de pegarse a los problemas reales de los ciudadanos que le dan la confianza para gobernar, y situar el acceso a la vivienda en cabeza de sus prioridades "sociales" me parece uno de los mayores aciertos políticos de Zapatero. No seré yo quien me sume a las críticas de que lo hace para "sacar votos", si esto se los da, que yo creo que si, bien ganados están. Pero, tal vez por esa manía suya de complacer a todo el mundo, el presidente Zapatero podría estar cometiendo el error de maquillar, como poco, la realidad

El derecho a una vivienda digna comprende, evidentemente, tanto poder tenerla en propiedad como en alquiler; pero en un país como el nuestro en que por "acceso a la vivienda" la mayoría entiende "tener un piso propio", que el presidente del Gobierno alimente la especie de que él tiene la "varita mágica" para que hasta los más jóvenes puedan cumplir el sueño nacional de tener piso propio y que si no lo tienen ya es por la connivencia de "la bruja mala" de "la derecha" con los especuladores, es, como poco, maquillar la realidad.

A corto plazo quizá funcione; pero insinuar, como está haciendo Zapatero, que un Gobierno democrático puede intervenir en la economía de mercado más de lo que en realidad puede hacerlo en un asunto que crea tanta ansiedad como el de la vivienda, solo puede multiplicar, en mi opinión, la frustración que tantos españoles sienten ya ante "la política" cuando, gobierne quien gobierne, otro o él mismo Zapatero, la realidad, que también tiene sus manías, se imponga, y pinche el sueño de los "pisos para todos" como una pompa de jabón.

Consuelo Sánchez-Vicente