Actualizado 13/11/2006 15:14

Crónica Revistas Información.- Investigadores extremeños trabajan en un microchip que engaña a la sensación de apetito

- El implante serviría para combatir la obesidad mórbida, una enfermedad que padecen el 2% de los españoles

MADRID, 13 Nov. (OTR/PRESS) -

El Centro de Cirugía Mínimamente Invasiva de Cáceres está trabajando en un microchip que podría acabar con la obesidad mórbida con un simple mando a distancia. Así lo desvela esta semana la revista 'Interviú', que ha entrevistado a los investigadores extremeños que trabajan en ese sistema a base de pequeñas descargas eléctricas. Con ellas, el sujeto engañará a su cerebro y le hará entender que su estómago está saciado, lo que supone todo un avance en el control de la gula y un sistema innovador en la lucha contra la obesidad mórbida, una enfermedad que padecen el 2% de los españoles.

El problema de la obesidad mórbida es de difícil control mediante dietas y ejercicio físico, y, en muchas ocasiones, requiere de una operación de reducción de estómago para llegar a dominar su desarrollo. Los síntomas derivados de esta enfermedad, en la que los pacientes pueden alcanzar un peso de más de 50 kilogramos por encima de su peso ideal, van desde la simple somnolencia a los problemas coronarios y cerebrovasculares, pasando por las depresiones o la falta de oxígeno en sangre.

En el Centro de Cirugía Mínimamente Invasiva de Cáceres, tres veces candidato al Príncipe de Asturias, trabajan desde hace seis años en un microimplante que ayudaría a reducir la obesidad mórbida, considerada por algunos como la epidemia del siglo XXI en los países desarrollados. Ese microchip, del tamaño de una moneda de un euro, se implanta en el nervio vago, en la entrada del esófago, desde donde enviará señales al cerebro por orden de un mando a distancia en manos del paciente.

Cada vez que el paciente sienta hambre, con un simple impulso eléctrico el cerebro creerá que el estómago ha sido saciado. El centro médico ya lo ha probado con éxito en conejos y cerdos y creen que en diez años podrá aplicarse en el ser humano. La técnica permite al enfermo perder entre un 10% y un 15% de peso corporal, todo un logro contra una enfermedad que afecta al 2% de la población española. En Estados Unidos, estos porcentajes alcanzan el 7% de las mujeres y el 5% de los hombres y en España, como en otros países desarrollados, vamos en camino, con un 14,5% de obesidad entre la población.

INTIMIDAD PERDIDA

Otro de los grandes temas que preocupan en este siglo XXI es la perdida de intimidad que supone hacer nuestra vida con sencillos objetos que arrojan datos sobre nuestra privacidad: tarjetas electrónicas, cajeros automáticos, móviles o correos electrónicos. La revista 'Tiempo' dedica su portada y un amplio reportaje a este asunto, señalando lo sencillo que es acceder a cualquier base de datos en España, como la Seguridad Social, Hacienda, el censo o los registros de la propiedad o mercantil, para obtener información de un sujeto.

'Época' centra también un breve reportaje en el espionaje por parte de las empresas a sus empleados a través del mail gracias a programas rastreadores. Según el semanario político, el uso incorrecto del correo electrónico en las compañías produce una pérdida en la productividad laboral de entre el 30% y el 40%. Al parecer, una cuarta parte de los empleados pasa una hora al día o más escribiendo o contestando emails; el 90% de esos mails sirven para organizar la vida social de los trabajadores o son simples chistes, el 75% son planes para las vacaciones y el 66% hablan de las relaciones personales de los empleados.

Por su lado, 'Cambio 16' lleva a su portada las consecuencias para la administración Bush de los recientes resultados en las Elecciones Legislativas en Estados Unidos, y su relación con el pozo sin fondo iraquí, al que la revista se refiere con un 'Atrapados en el infierno'.

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