La propuesta de Nicolás Sarkozy en Francia para que los niños llamen de usted a sus maestros y se levanten de sus asientos cuando estos entran en clase llena de envidia a los enseñantes españoles, quemados muchos de ellos por un ambiente en sus aulas donde es normal que tengan que pasar la mayor parte de su tiempo tratando de que se callen los alumnos o dejen de enviar mensajes por el móvil. Y eso, en el mejor de los casos. Los insultos y las agresiones son la norma en un sistema que apenas si consiente al profesor expulsar al alumno de clase y no contempla en absoluto que se le pueda echar de la escuela. En pocas palabras, no hay autoridad reconocida en el modelo educativo español, ese modelo LOGSE que el PSOE se empeña en volver a implementar pese a haber quedado demostrado que produce a los jóvenes peor educados y con menos conocimientos de Europa.
Tampoco se puede esperar más de un partido que es capaz de efectuar llamamientos desde su sede para que los jóvenes se emborrachen para protestar así contra otro partido en una jornada de reflexión previa a unas elecciones. La respuesta del Ministerio de Educación de Zapatero a la degradación en las aulas españolas ha sido la de cambiar el sistema educativo para anular los cambios realizados por el PP para tratar de inculcar en los jóvenes los valores del esfuerzo y la disciplina. Así que volvemos otra vez al sistema de dejar que los chavales pasen de curso sin aprobar, no tengan que someterse a reválidas e incluso, se anuncia ahora, puedan matricularse en la Universidad sin cursar Selectividad. Eso sí, van a estudiar esa nueva asignatura denominada "Educación para la Ciudadanía" que los profesores impartirán sin poder tomar represalias contra los jóvenes ciudadanos que ineducadamente les insulten desde sus pupitres mientras imparten la lección.
Profesores y muchos padres, incluso los que tampoco saben ejercer la autoridad con sus hijos dentro de sus hogares, ven con envidia las medidas de Sarkozy, que ya existen en Gran bretaña e Italia sin ir más lejos. Aquí habría que escuchar los improperios contra el primer gobernante que anunciara que en su Comunidad Autónoma los alumnos han de ponerse en pié cuando el profesor entra en clase. Lo que menos le llamarían es "fascista". Y, sin embargo, quizás no estemos ya lejos del momento en que muchos españoles reclamen a sus autoridades que actúen de esa manera.
Curri Valenzuela.