MADRID 27 Abr. (OTR/PRESS) -
Si el Gobierno quiere declarar ilegal a ANV, ese partido que todos sabemos que es la nueva marca de Batasuna, e impedir que sus candidatos se cuelen en los ayuntamientos vascos el 27 de mayo tiene que hacerlo ya. O se da prisa o tendremos una campaña electoral volcada en esta cuestión en las cuatro esquinas de España, con el PP acusando a Zapatero de una nueva muestra de debilidad con los terroristas y los medios de comunicación publicando día a día nuevos datos que demuestran la vinculación del brazo político "oficial" de la banda terroristas con estas listas bajo sospecha.
El diario 'El País' lo anunciaba ayer a cuatro columnas, "El 88% de las listas de ANV cuenta con candidatos ya vetados en 2003"; el diario 'El Mundo' remataba: "Batasuna cerró con ANV un 'protocolo de colaboración' ante su ilegalización". El juez Garzón, que tiene que decidir sobre el tema en última instancia, dispone ya sobre la mesa de su despacho de dos informes, uno de la Guardia Civil, otro de la Policía Nacional, citando las numerosas vinculaciones entre los dos partidos. Pero Garzón, muy en su línea de los últimos meses, está perdiendo tiempo al requerir al Ministerio de Interior que unifique los criterios y las informaciones contenidos en esos dos informes y el Fiscal General del Estado, a las órdenes del Gobierno, mira para el otro lado y permanece sin actuar para conseguir la ilegalización de esas candidaturas.
La ausencia de ETA en los ayuntamientos vascos (sea a través de Batasuna, o de esta ANV) es fundamental para lograr el debilitamiento de la banda, que se nutre de fondos, recursos y poder a nivel local de que disfrutan sus concejales; pero la presencia de ETA (a través de ANV, ya que lo de Batasuna es imposible) es imprescindible para que Zapatero mantenga esperanzas de lograr poner de nuevo en marcha su llamado "proceso de paz" con los terroristas. Enfrentado a esta disyuntiva, la pasividad del presidente parece indicar que prefiere la segunda opción. Aunque si es que quiere de verdad hacer daño a los terroristas, aún está a tiempo de ponerse a ello. Eso sí, de prisa.
Curri Valenzuela