Actualizado 23/01/2008 01:00

Esther Esteban.- Más que palabras.- Lunes negro

MADRID 23 Ene. (OTR/PRESS) -

Hasta los más profanos en la economía de altos vuelos nos sabemos de carrerilla esa máxima, convertida casi casi en dogma de fe, de que cuando la economía yanki estornuda, el resto del mundo mundial coge un catarro de dispares consecuencias, dependiendo de la salud inicial del enfermo y del momento en que el virus entra en sus mercado. El lunes negro de la bolsa española puede ser solo un reflejo de que, al final, los peores augurios se cumplen y que si malo es mantener un discurso catastrofista que paraliza al consumo, tal vez sea peor situarle en un escenario mucho más favorable que el real.

Yo estoy en el paquete de los optimistas moderados, de esos que creen que de un día para otro no se pasa de estar en el ranking de los ochos mejores a situarse entre los últimos de la fila, pero considero que lo peor que nos ha podido ocurrir es que este bache de la bolsa y de la Economía en general es que coincida en tiempo y forma con las elecciones generales. No hay nada más patético que ver como nuestro ministro de Economía, Pedro Solbes, se queda solo frente a todos sus colegas de la UE afirmando que la cosa no es para tanto, mientras el resto de los países han encendido ya sus señales de alarma. Que nuestro ministro diga que "no hay que exagerar" cuando la caída del 17% en el IBEX no tiene precedentes desde el nacimiento de ese índice, es como para echarse a temblar. Un buen amigo me comentaba que lo peor que le puede pasar a un enfermo es que no reconozca que lo es y en consecuencia se niegue a ir al médico para que le haga un diagnóstico y le ponga el tratamiento adecuado. Pues algo así le ocurre al Gobierno, que ha hecho oídos sordos a todos los avisos exteriores, tal vez en la creencia de que si no reconoce la enfermedad se dará la sensación de que no existe. Gran error. Nadie querría que éste hubiera sido el peor comienzo de año que se recuerda en la historia de la bolsa española, ni tampoco que las 33 empresas del IBEX hubieran perdido la astronómica cifra de 100.000 millones de euros, pero ha pasado y eso no se puede despachar con un "no hay que exagerar".

Lo peor, como digo, es que este lunes negro se produzca en plena contienda electoral, lo que le está haciendo al Gobierno minimizar la situación y a la oposición exagerarla para intentar cada uno llevarse el agua de los votos a su molino. De no ser así, seguro que el Gobierno ya estaría manos a la obra buscando soluciones para lo que se nos viene encima, y la oposición estaría ofreciendo medidas a mansalva para demostrar que es la alternativa. En este panorama la cuestión va a ser, fundamentalmente, de confianza de que los electores confíen mas en Zapatero o más en Rajoy para hacer frente a unas más que previsibles vacas flacas. De entrada ya sabemos que las recetas del PP van en la línea de las que tomó cuando estaban en el gobierno: bajada de impuestos, recorte del gasto publico, etc. Pero el PSOE todavía no nos ha dicho qué medidas estructurales de gran calado piensa tomar, salvo algún que otro tema muy puntual del cheque bebe o las pensiones mínimas.

Tal vez por eso es tan oportuno y necesario el famoso debate entre Solbes y Pizarro al que algunos ya están dando incluso más importancia -tal como esta el patio de la Economía- que al de Zapatero-Rajoy. Sería muy decepcionante que finalmente el debate entre las dos grandes cabezas económicas en nuestro país no se celebrara aunque ya hay rumores que apuntan en tal sentido. Pizarro ya ha dicho que solo está a la espera de que el PSOE diga el día y la hora y los socialistas no deberían demorar la cuestión porque el bolsillo apremia y con las cosas de comer no se juega. Bromas las justas, porque por ese tipo de bromas se ganan o se pierden las elecciones.

Esther Esteban.

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