MADRID 28 Feb. (OTR/PRESS) -
Con la muerte ayer en Valladolid, Madrid, Puerto de Santa María (Cádiz) y Cullera (Valencia), de cuatro mujeres, se eleva ya a 17 el número de personas asesinadas en España por sus maridos o ex parejas en lo que llevamos de año. 99 fueron las mujeres asesinadas en 2007. Un horror; una secuencia criminal insoportable. ¿Por qué está pasando?
Hay muchas causas pero entre otras creo que en España -y en el resto de lo que llamamos "primer mundo"- hay muchos hombres que no han superado la revolución que entraña la igualdad entre mujeres y hombres. El acceso de la mujer al trabajo apareja su independencia económica, y, por tanto, también la independencia personal. La relación se basa ahora en la igualdad y no en la necesidad. Descubrir que desde que la mujer trabaja ya no les necesita para subsistir destruye su concepción del rol que corresponde al macho en la pareja; éste hecho provoca en muchos casos inseguridad y en otros reacciones violentas. Muchos hombres maltratan a sus mujeres, novias o compañeras porque se sienten impotentes ante ellas, frustrados, como digo, en su estatus masculino tradicional.
¿Por qué? Pues por decirlo pronto: ¡porque la esclava se rebela! Ella ya no necesita al varón para vivir y si decide terminar la relación, si no se siente satisfecha y decide cortar, pues lo hace. Y ahí es dónde algunos hombres cegados por la pérdida de "poder" se dan a la violencia que, en ocasiones -como ocurrió ayer-, puede llegar hasta el crimen. Algunos no soportan el derrumbamiento de la sociedad patriarcal donde la palabra del cabeza de familia o del novio, era ley. Antes era el hombre quien decía la última palabra. Tener en frente a una mujer que tiene y defiende su criterio; que no se deja imponer decisiones, irrita. Irrita hasta la cólera. Y desde la cólera y la maldad, hasta el crimen sólo hay un paso. El que ayer dieron cuatro miserables y otros trece más en los días anteriores de este 2008 que va camino de ser un "annus horribilis" en materia de violencia en el ámbito de la pareja. Zapatero y Rajoy se olvidaron, por cierto, de ésta tragedia insoportable en su tan publicitado debate. Esperemos que lo tengan presente en el próximo.
Fermín Bocos.