MADRID 22 May. (OTR/PRESS) -
¿Qué le debe el Gobierno a David Taguas? ¿Por qué se quema el Grupo Parlamentario socialista defendiendo al antiguo jefe de la Oficina Económica del Presidente Zapatero?¿Por qué defienden lo indefendible: la compatibilidad del flamante empleo de quien hace tres meses estaba sentado en La Moncloa y hoy ocupa despacho en Seopan, el "lobby" de las principales constructoras del país?
José Antonio Alonso, portavoz socialista y juez que fue de Jueces para la Democracia, se ha tragado su primer gran sapo; los diputados de la llamada "Izquierda Socialista" ( Manuel de la Rocha, Barrio de Penagos, etc) han demostrado que el escaño pesa más que la conciencia y el resto de sus compañeros del Grupo -los mismos que criticaban el fichaje de Eduardo Zaplana por Telefónica- han dado pruebas de haber entendido bien el metalenguaje de Rodríguez Zapatero cuando predicaba aquello de la regeneración ética.
Tengo para mí que el "caso Taguas" es una demostración de poder por parte del ciudadano Rodríguez Zapatero ¡Claro que sabe que el paso dado por quien hasta hace dos días era su asesor no tiene un pase! Lo sabe él y lo sabemos todos, pero no lo ha impedido porque así lanza una señal de poder; una señal que, de paso, subraya la ausencia de oposición. Cuando Aznar nombró a su amigo Villalonga presidente de Telefónica, el PSOE de la época armó la Dios es Cristo. Y eso que el entonces famoso "compañero de pupitre" no era sujeto de incompatibilidad porque no había desempeñado encomienda pública. Eran otros tiempos. Ahora, el PP está inoperante por reformas. Zapatero lo sabe, se aprovecha y se recrea en la faena. ¿Quién dijo aquello de que la estética de hoy era la ética de mañana? Desde luego, Taguas, no. Tampoco Rodríguez Zapatero.
Fermín Bocos.