MADRID 30 Sep. (OTR/PRESS) -
Mientras el Gobierno británico y los de Alemania, Holanda, Bélgica y Luxemburgo echan mano del erario para frenar algunos de los destrozos provocados en Europa por el tsunami financiero que arrasa Wall Street, en España seguimos a la espera de un parte contable de daños. No sabemos ni en cuanto ni a quienes -cajas de ahorro o bancos- ha dejado temblando el crack financiero.
Todo son especulaciones. Incluso algo peor -por sospechoso- :todo son loas a la estabilidad de nuestro sistema. ¿Es así? ¿De verdad España, país de economía globalizada como la británica, la alemana o la belga, es el único que se ha salvado sin salpicaduras del hundimiento, pongo por caso, del coloso Lehman Brothers? ¿Nadie de aquí había comprado o participaba de alguno de sus productos financieros?.
No parece creíble. También resulta chocante que, pese al hundimiento del sector de la construcción, con varias inmobiliarias importantes en suspensión de pagos y con seiscientas mil casas construidas con créditos bancarios que ahora no encuentran comprador, aquí no haya damnificados en el sector de las cajas o los bancos pequeños. La peor compañía que puede encontrar una situación de crisis es la incertidumbre adicional que aparejan los rumores y los ruidos que se instalan en el sistema.
Por eso creo que el Banco de España que con tanta prudencia gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez, debería contribuir a disipar todas estas sombras facilitando a la opinión pública los datos que reflejen los desperfectos que ha provocado en España el crack financiero de Wall Street. En tiempos de zozobra nada mejor que la receta tradicional: luz y taquígrafos.
Fermín Bocos.