Fermín Bocos.- Una mentira piadosa

MADRID 23 Sep. (OTR/PRESS) -

Santoña, Vitoria y Ondárroa han sido las tres ciudades elegidas por los terroristas de la ETA para sembrar muerte, dolor y miedo. Y, también, para lanzar un aviso a los dirigentes políticos (Zapatero, Rubalcaba, Rajoy, etc.) que como sí de un "mantra" se tratara, repiten la idea -desmentida por los hechos - de que la banda terrorista estás más debilitada que nunca.

Perpetrar en horas veinticuatro, tres atentados con coches-bomba cebados cada uno con un centenar de explosivos no supone una muestra de debilidad. Todo lo contrario: es una vuelta de tornillo en la escalada de terror que jalona la sanguinaria historia de esta organización criminal. Creo que es un error pensar que la ETA sólo es una banda terrorista. Es eso, pero también es algo más: es una mentalidad.

Una mentalidad que tiene arraigo en ciertos segmentos de la sociedad vasca. Hay gentes en el País Vasco que sin participar explícitamente en actos criminales, los amparan con su silencio. Tambien hay ciudadanos que sin llevar pistola al cinto justifican el crimen por "razones políticas". Y no nos engañemos pensando que son marginales de la política. No, por desgracia, la organización terrorista también encuentra complicidades y apoyos entre gentes que llevan una vida "normal" -dicho sea en el sentido burgués del término-. Se les puede ver en manifestaciónes de apoyo a los "presos de la ETA", pero nunca participando en los funerales por alguna de las personas asesinadas por los pistoleros de la banda. Están, además, quienes condenan el terrorismo y rechazan sus métodos, pero que al hablar de manera anfibológica del "conflicto" -para no tener que señalar la genealogía criminal de la banda-, estimulan el humus político en el que crece la anomalía europea que es el entorno etarra.

Es mucha la gente que obtiene réditos políticos merced al problema que supone la violencia ejercida por los terroristas. Por eso soy pesimista y no creo a los políticos que proclaman que el final del terrorismo está cerca. Creo que lo dicen de buena fe, pero también creo que es una mentira piadosa.

Fermín Bocos.